Se encuentra en invierno, pero el Mediterráneo ni siquiera se ha enterado y la cuenca occidental tiene casi 60 días “extremadamente cálida”, mientras que la oriental está así desde junio. Para los expertos, esto es un desastre y una prueba más de que el cambio climático está afectando todos los rincones del planeta.
El Mediterráneo está hirviendo
Las aguas occidentales del segundo mar interior más grande del mundo tienen casi dos meses con temperaturas entre 1 y 1,6 grados por encima de lo normal. Eso son días por encima del 90% de las temperaturas más altas jamás registradas. Y por si eso no suena lo suficientemente grave, hay más; la parte oriental tiene esas temperaturas récords desde junio del 2023, casi ocho meses.
La pregunta más obvia es “¿Por qué sucede esto?”. A priori, la respuesta sería que hay muchas causas, sin embargo, los expertos estiman en torno al 90% del exceso de calor vinculado al cambio climático se acumula en el océano. En las últimas dos décadas, la tasa de acumulación se ha duplicado, dando como resultado que en los últimos 40 años, las olas de calor marinas sean mucho más frecuentes, más intensas y más largas.
También es cierto que, aunque es un fenómeno que ocurre en todo el planeta, el más afectado parece ser el Mediterráneo. Las estimaciones reportan que la región del Mediterráneo se calienta 20% más rápido que la media mundial. Algo que podría tener graves consecuencias para el futuro.
Además de contribuir al colapso de los ecosistemas y dificultar aún más la recuperación de especies, una temperatura elevada en el Mediterráneo provocaría un calor más sofocante en verano y cambiaría el régimen de brisas, lo que ayuda a bajar las temperaturas. Como consecuencia directa, podría haber lluvias torrenciales al final del verano e inicio de otoño.
Peligros meteorológicos
Aunado a esto, que el Mediterráneo esté más caliente, significa que está más activo y con mayor energía, lo que conlleva un mayor riesgo de Medicanes, los ciclones tropicales Mediterráneos. El mejor ejemplo data de hace poco tiempo, de septiembre del 2023, una DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) dejó más agua en dos días en Grecia, de lo que dejan las lluvias en un año en, por ejemplo, Bilbao. La propia Protección Civil Griega la catalogó como “el evento meteorológico más extremo en términos de lluvia en 24 horas desde que se tienen registros en el país”.
Justo después se internó en el Mediterráneo y alcanzó características subtropicales frente las costas de Libia. Este suceso, por suerte, no quedó en nada, pero envió un claro mensaje: los ciclones tropicales Mediterráneos son cada vez más frecuentes y peligrosos.
Todo lo que afecte al Mediterráneo, afecta al resto. Sus problemas son endémicos e históricamente, geográficos y socioeconómicos. Es el mar con mayor sobrepesca, el más contaminado, el que más rápido se está calentando y el posee mayor número de especies invasoras. Y a pesar de todo esto, solo el 0.23% de su cuenca está protegida.
Para entrar en contexto, la última conferencia de biodiversidad de las Naciones Unidas en Montreal de 2022, suscrita por 196 países, ha marcado que el porcentaje recomendado en un océano normal rondaría un 30%.
Este es uno de los mares más importantes del planeta, cuenta con rutas marítimas importantes y en toda la historia, ha sido un puente de comunicación del mundo. Qué su temperatura esté tan alta, solo demuestra que nuestro planeta está cambiando y todo apunta que no lo hace para bien.
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