Giovanni Battista Bugatti, un hombre que saltó a la fama, no solo por haber realizado su primera ejecución a la joven edad de 17 años, sino que vivió del mismo oficio durante sus 68 años de carrera, ejecutando a un total de 514 personas, siendo el verdugo oficial del Papa.
El verdugo Giovanni Battista Bugatti
Bugatti sirvió como verdugo de los Estados Pontificios, que consisten en territorios de Italia gobernados por el Papa.
El pueblo de Roma le puso al verdugo oficial de los Estados Pontificios el sobrenombre de Mastro Titta, o Maestro de la Justicia, y como podrán imaginar, no era muy querido por la gente. De hecho, se le prohibió acceder a las principales zonas de la ciudad como medida de seguridad, ya que personas relacionadas con aquellos a quienes había ejecutado podían buscarlo por venganza.
Como resultado, Giovanni Battista Bugatti encontró consuelo en su propia empresa y se dedicó solo a su trabajo como verdugo. Además, tenía una tienda en el barrio de Borgo, donde vivía. Ahí vendía paraguas pintados y otros souvenirs, y era ese negocio el que lo mantenía ocupado cuando no estaba involucrado en la ejecución de alguna persona.
La excelencia en métodos de ejecución
Giovanni Battis Bugati realizó a cabo ejecuciones usando diferentes técnicas. Los métodos de ejecución más comunes siempre fueron el hacha o la soga, ambos empleados antes de la introducción de la guillotina. Esta fue creada para ofrecer un método “más humano”, al momento de ejecutar delincuentes, según los estándares de la época.
Según los informes, Giovanni Battista Bugatti fue un verdugo como pocos, desempeñando una labor excelsa, lo que podría atribuirse a su desapego emocional de la tarea. A él no le gustaba su trabajo realmente, pero reconocía que era una responsabilidad necesaria que alguien debía hacer.
En ocasiones, se sabía que Bugatti conversaba con los prisioneros y les ofrecía tabaco u otra cosa que pidieran antes de la ejecución.
También registró meticulosamente cada ejecución que llevó a cabo en un diario, documentando los nombres de los convictos, sus delitos, sus declaraciones finales y los métodos que empleó para despacharlos.
Giovanni Battista Bugatti, sirvió como verdugo oficial de los Estados Pontificios durante más de seis décadas, se desempeñó en sus funciones con habilidad y vigor hasta su jubilación a la edad de 85 años en agosto de 1864. A pesar de su edad avanzada, siguió siendo físicamente formidable y capaz de ejecutar sus responsabilidades precisamente. Tras su marcha, Vincenzo Balducci asumió como su sucesor.
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