Ni Kamala Harris, ni Donald Trump. El Papa Francisco ubica a ambos candidatos en el mismo lugar donde es pecado tanto el aborto como la expulsión de los migrantes del país, dos de los temas clave en la contienda electoral. “Expulsar a los inmigrantes es maldad, y echar del seno de la madre a un niño es un asesinato. De esto hay que hablar claro y sin peros”, dijo. La autoridad religiosa no fue indiferente al debate de esta semana y tampoco dudó en hacer declaraciones o preguntarse públicamente este viernes: “¿quién es el menor de los dos males?”
El Papa aseguró en un avión de regreso a Roma desde Singapur, en el que fue interrogado sobre las elecciones presidenciales en Estados Unidos, que “ambos están contra la vida, el que expulsa a los migrantes y el que mata a los niños”. No lo pensó dos veces para decirle a los votantes católicos que debían elegir “el mal menor” en noviembre. También se preguntó en tono retórico: “¿Quién es el menor de dos males? ¿Esa señora o ese señor? No lo sé”, dijo sin mencionar los nombres de ambos candidatos en la conferencia de prensa de casi 45 minutos, tras una gira de doce días por países de Asia y Oceanía. “Yo no soy estadounidense y no voy a votar, pero entre esa señora o ese señor, que cada uno lo haga según su conciencia”, aseguró.
En referencia a la migración -un tema con el que el candidato republicano no ha tenido reparos al expresar su desprecio y sus futuras intenciones de combatirla en caso de que vuelva a la presidencia-, el Papa citó las sagradas escrituras, que dicen en el Antiguo Testamento que se debe acoger al “extranjero, al huérfano y a la viuda” y que, por tanto, “expulsar a los migrantes, no darles capacidad de trabajar ni acogida es un pecado grave”. Insistió además en que “hay una corriente de migrantes que llegan de América central y son tratados como esclavos y se aprovechan de ellos”.
Sobre el aborto -un tema fundamental en la agenda de Kamala Harris, quien reiteró más de una vez el martes la necesidad de que las mujeres sean las que elijan sobre sus cuerpos-, el papa Francisco no disfrazó sus declaraciones y dijo de manera frontal que es el equivalente a “matar a un ser humano”. “Aunque sean palabras que no gustan, es un asesinato”, sostuvo. “No te gustará esto, pero es un asesinato y no es que la Iglesia esté cerrada. Es que la Iglesia no permite el aborto porque es un asesinato y eso lo tenemos claro”.
El Papa, sus críticas al aborto y a las políticas antimigrantes
Como era de esperarse, además de la economía o la política exterior, en el debate del martes dos de los ejes fundamentales fueron la inmigración y el derecho al aborto en al país, temas que Donald Trump ha atacado particularmente durante su campaña, y sobre los cuales lanzó no pocas mentiras que corrigieron en vivo tanto Kamala Harris como los periodistas de ABC News. Trump, que ha prometido llevar a cabo la deportación más grande de la historia del país o ha tildado de criminales a los emigrantes, ahora no vaciló en decir que eran los responsables de comerse las mascotas de los estadounidenses, algo de lo que no se tiene constancia. También insistió en que los demócratas permiten el aborto “en el noveno mes” y hasta después del parto, a lo que la presentadora respondió que “no hay ningún Estado en el país en el que sea legal matar a un bebé después de haber nacido”.
Las declaraciones han causado todo tipo de reacciones: desde la risa trágica, hasta la burla, la aceptación o la total indignación. El Papa tampoco podía dejar de reaccionar, y en realidad esta no es la primera vez que se expresa sobre temas tan sensibles, que definirán además el futuro del país.
En 2018 ya había establecido, en un documento publicado por El Vaticano, su posición en contra del aborto y en contra del rechazo al emigrante. “La defensa del inocente que no ha nacido, por ejemplo, debe ser clara, firme y apasionada”, sostuvo. “Pero igualmente sagrada es la vida de los pobres que ya han nacido, que se debaten en la miseria, el abandono, la postergación”.
Cuando en las elecciones de 2016 se le preguntó sobre la idea de Trump de construir el muro a lo largo de la frontera con México y expulsar a 11 millones de inmigrantes indocumentados, afirmó que lo que hacía el republicano no eran cosas de Dios. “Una persona que solo piensa en la construcción de muros, dondequiera que se encuentren, y no la construcción de puentes, no es cristiano”, dijo el Papa entonces. “Eso no está en el Evangelio”.
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