“El chiste de fin de semana”. “Una locura”. “Me sorprende que se tome en serio”. Las redes sociales de economistas y analistas de mercado en toda América Latina se encendieron con asombro este fin de semana cuando The Financial Times adelantó que los Gobiernos de Brasil y Argentina quieren crear una moneda en común. No lo creían por completo hasta que ambos Gobiernos lo anunciaron formalmente, en un comunicado en conjunto, el domingo.
“Tenemos la intención de superar las barreras a nuestros intercambios, simplificar y modernizar las reglas y fomentar el uso de las monedas locales. Decidimos avanzar en las discusiones sobre una moneda sudamericana común que pueda usarse tanto para los flujos financieros como comerciales, reduciendo los costos operativos y reduciendo nuestra vulnerabilidad externa”, dice el comunicado, colgado en la página del Gobierno de Argentina. Con dos enunciados, y sin ofrecer más detalles, el anuncio ha generado escepticismo y confusión. Algunos expertos consideran que las probabilidades de crear una moneda para dos economías tan distintas son bajas. Muchos más tienen más preguntas que opiniones.
Argentina lleva más de una década sumido en una crisis inflacionaria generada, en gran parte, por el alto gasto gubernamental. La inflación se ha exacerbado por la falta de confianza que los argentinos tienen en su propia moneda, ergo, en sus autoridades. El presidente Alberto Fernández dijo el domingo ante un medio brasileño, que quisiera erradicar “la lógica inflacionaria” y la “fascinación con el dólar” que aqueja al país sudamericano.
“Gran parte de la inflación argentina es una inflación que los economistas llaman autoconstruida, que es la inflación que está en la cabeza de la gente. La gente ve en un diario que va a subir el combustible y entonces empieza a aumentar por las dudas”, dijo Fernández, como muestra un video de la entrevista en Band News.
Una nueva moneda en la que la gente pueda creer de nuevo pudiera traer beneficios a Argentina, lo que no queda claro es qué pudiera ganar Brasil con este acuerdo. Mientras la inflación en Argentina se acerca al 100%, el Banco Central de Brasil se maneja de manera autónoma e independiente del Gobierno y ha sido de los más exitosos en la región latinoamericana en contener el alza en la inflación global. El ministro de Economía de Brasil, Fernando Haddad, minimizó la idea de que fuera una moneda en común.
“Esto sin duda es un titular bastante picante esta mañana”, dijo Todd Martínez, analista de la agencia calificadora de riesgo crediticio Fitch Ratings el lunes. “No creo que tengamos mucho que decir al respecto todavía porque tengo la sensación de que tal vez se haya malinterpretado esta propuesta, no nos parece que Argentina y Brasil busquen adoptar una moneda común y renunciar a sus monedas actuales, pero tal vez están explorando opciones para una nueva moneda o unidad contable a través de la cual realizan el comercio bilateral”.
“Si adoptaran una moneda común, esto tendría todo tipo de implicaciones crediticias. No está nada claro que sean dos economías que tengan las condiciones iniciales para estar formando una unión monetaria exitosa, pero no creo que esa sea la idea”, agregó Martínez.
Incluso una iniciativa con un alcance más restrictivo es poco probable que dé sus frutos, según escribieron analistas de la firma consultora Eurasia en un reporte el lunes. “Los desafíos económicos, especialmente en Argentina, son enormes. El equipo económico de Brasil se centrará en la reforma fiscal y tributaria, y las elecciones presidenciales de Argentina están programadas para este octubre. Como la oposición está a punto de prevalecer, hay poco espacio para iniciativas ambiciosas. Por lo tanto, el anuncio se debe principalmente al deseo de ambos presidentes de señalar un compromiso con la integración regional”, agregó Eurasia.
No es trivial, no es nada más querer tener una moneda en común y emitirla, opina el estratega de mercados de la firma Franklin Templeton Luis Gonzali. “Pensando en el caso particular de Brasil y Argentina, podemos ver que son economías bien distintas”, explica el matemático. “ambas están ligadas a la exportación de materias primas, pero Argentina no ha podido apretarse el cinturón en décadas, mientras que Brasil tiene una economía más ordenada”.
“Si realmente lo quieren poner a prueba tendrían que sentarse muy seriamente a platicar y eso implica no solo tener estabilidad económica, sino estabilidad política”, dice Gonzali, ya que requeriría compromisos fiscales y económicos de ambas partes. Acuerdos que deberán ser respetados por los Gobiernos a futuro, sin importar el partido político. “Se dan la mano hoy y acuerdan ciertas medidas, pero a los seis o cuatro años viene un cambio de régimen y ese cambio viene con ideologías bien distintas y rompen con lo acordado, lo cual, obviamente desestabilizaría la moneda o el camino hacia una moneda común”, apunta Gonzali.
“No creo que sea algo que pueda pasar de la noche a la mañana”, concluye Gonzali. “Se ve muy complejo que suceda”.
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