Hay historias que superan la ficción, ese es el caso del vuelo 243 de Aloha Airlines y su aterrizaje milagroso, que tuvo lugar hace 35 años, un 28 de abril de 1988. Este vuelo registró una de las hazañas más importante de la historia de la aviación comercial.
El vuelo 243 Aloha Airlines
El jueves 28 de abril, a las 13:20 horas, el Boeing 737-200 de Aloha Airlines, una compañía estadounidense con base en Honlulu, Hawai, estaba en pista, afinando todos los detalles de posicionamiento y preparación para despegar.
Cinco minutos más tarde, la co-piloto Madeleine Tompinks, una de las pocas mujeres piloto de Estados Unidos para la fecha, junto al capitán Robert Schornsteimer, iniciaron el viaje, dejando atrás la ciudad hawaiana de Hilo, en camino a la capital estatal Honolulu, en un clásico vuelo turístico.
El vuelo 243 finalmente partió y comenzó a ganar altura con sus 90 pasajeros y 5 miembros de la tripulación. A los 21 minutos de vuelo, alcanzó la altitud crucero de 7,300 metros y se disponía a continuar su vuelo normal. Sin embargo, el vuelo fue de todo, menos normal.
Al llegar a su altitud crucero, el avión sufrió una descompresión explosiva que provocó que parte de su techo y gran parte del fuselaje lateral de la parte delantera, hasta las alas, se desprendiera y saliera volando. Un tercio de los pasajeros quedaron al descubierto, expuestos a los feroces vientos y temperaturas de -20°.
El comienzo del terror
De inmediato, Clarabelle Lansing, la jefa de cabina, salió expulsada del avión. Su cuerpo no fue encontrado y lo más probable es que hubiese fallecido al impactar con el mar. Desgraciadamente, fue una muerte trágica, pero fue la única entre varios milagros. El resto de los pasajeros y personal de la cabina seguían con el cinturón abrochado gracias a la señal luminosa que no se había apagado.
La presión muy alta podría haber seguido resquebrajando el metal del avión, pero por algún milagro, no sucedió. La cabina de comandantes había quedado unida al tan solo por los bastidores inferiores del compartimiento de carga e inclinada levemente hacia abajo. En cualquier momento, podría haberse desprendido. Eso hubiese significado que todos los que estaban abordo hubiesen fallecido.
A pesar de la explosión y sin saber que ocurría, Schornsteimer logró solicitar un milagroso aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Kahului, otra ciudad hawaiana y comenzó a descender, con el miedo de que pudiera quebrarse en cualquier momento.
Pero los comandantes descendieron durante 13 minutos, los cuales decenas de pasajeros aterrados veían todo lo que sucedía a su alrededor, sin saber si sobrevivirían o no. Así, hasta que divisaron al fin el aeropuerto y se prepararon para el aterrizaje.
Contra todo pronóstico, el tren de aterrizaje respondió y el piloto y la copiloto, consiguieron realizar un aterrizaje milagroso sin problemas.
Esto no quiere decir que no fue complicado; debido al daño, los sistemas no lograron desacelerar y se prepararon para aterrizar a alta velocidad, exponiéndose a más incertidumbre si la nave y las personas resistirían. Sin embargo, lo consiguieron y tanto Schornsteimer y Tompkins lograron poner el Boeing a salvo.
El aterrizaje milagroso
Los operarios y pasajeros que esperaban sus vuelos en la terminal de Kahului quedaron impactados al ver un avión aterrizar en la pista sin un tercio de su fuselaje y los pasajeros viajando sin techo.
Este suceso solo tuvo una lamentable baja, la muerte de Lansing, pero lo que podría haber sido una de las peores tragedias de la historia de la aviación, terminó con final, aunque agridulce, positivo. Lansing falleció realizando su trabajo, era la única abordo que no tenía el cinturón de seguridad porque estaba iniciando sus servicios.
La investigación posterior determinó que la falla se debió a la fatiga del metal. La aeronave tenía 20 años de servicio y ya había registrado “vibraciones inusuales” al despegar. El avión tenía 89,680 vuelos, cuando su vida útil era de 75,000.
Es casi seguro que este exceso de uso generó fracturas en los paneles superiores de la sección delantera del fuselaje. De hecho, una de las sobrevivientes declaró haber visto una rotura en la superficie del avión, cercana a la puerta de embarque.
El aterrizaje milagroso, como lo llaman algunos, es uno de los sucesos más recordados de la aviación comercial. De hecho, fue la inspiración para el primer episodio de la tercera temporada de la serie Mayday: Catástrofes Aéreas. También apareció en la serie 1,000 maneras de morir. También fue dramatizado en una película que lleva como título “Aterrizaje milagroso, de la cadena CBS.
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