Solo pasaron juntos tres años hace ya más de 20, cuando este siglo ni siquiera había empezado, pero la relación que mantuvieron Britney Spears (de 42 años) y Justin Timberlake (de 43) cuando eran poco más que adolescentes sigue coleando. Su inmensa exposición ante la opinión pública, en una época en la que los fotógrafos no tenían pudor a la hora de perseguirles y las televisiones en preguntarles todo acerca de sus vidas privadas, dieron a aquella relación un barniz de publicidad que pocos olvidan. De hecho, ni siquiera ellos. Porque estos días ambos han vuelto a lanzar piedras para apuntalar ese muro que construyeron hace 20 años y que parecía ser ya cosa del pasado. No es así.
La cuestión estaba tensa desde que las memorias de Britney Spears vieron la luz el pasado octubre y ella desveló detalles sobre aquella relación, como el aborto al que Timberlake la obligó a someterse, algo que le puso a él en el disparadero. Pero hay que rebobinar más y mezclar el pasado con el presente para entender lo que ha pasado ahora. El miércoles, en el escenario durante un concierto en Nueva York, Timberlake se preparó para cantar uno de los grandes éxitos de su carrera, Cry me a river. Una canción que escribió justo después de su ruptura con Spears en 2002 (donde habla no con mucha sutileza de un chico cuya novia le traiciona) y que para ambos está cargada de significado. Cuando iba a empezar a cantar en el Irving Plaza neoyorquino el miércoles, en la noche que cumplía 43 años, Timberlake dijo: “Quiero utilizar esta oportunidad para disculparme… con absolutamente nadie, joder”.
La destinataria del mensaje era evidente: Britney Spears. Y lo era por varias cuestiones. Primero, porque ella misma habló de su expareja y de esa canción en sus recientes memorias. En La mujer que soy, Spears explica que Timberlake la dejó a través de una serie de mensajes de texto a principios de 2002, cuando llevaban saliendo tres años (empezaron en secreto en 1999 y confirmaron su relación en septiembre de 2000, apareciendo juntos en una alfombra roja), y que ella se llevó la peor parte, siendo acusada de mentirosa e infiel. Entonces él estaba grabando un nuevo disco en el que incluyó la canción Cry me a river, que acabó convertida en uno de sus grandes éxitos. También lo fue su videoclip, un dardo directo a la artista: lo protagoniza una chica rubia cuyo rostro no se ve que se marcha en un coche sin mirar atrás mientras él llora y llora. En sus memorias de 2018, el exvocalista de N’Sync contaba que se había sentido “despreciado” y que por eso se enfadó y la escribió en un par de horas: “Ni siquiera lo planeé. Los sentimientos que tenía en aquellos momentos eran tan fuertes que necesitaba escribirlos y ponerlos en algo que la gente pudiera escuchar y, con un poco de suerte, sentirse reflejada. La gente me escuchó y me entendió, porque todos hemos estado ahí”.
Justin Timberlake while performing in New York City last night:
“I’d like to take this opportunity to apologize to absolutely f**king nobody.” https://t.co/XTNsOoy6Od
— Pop Crave (@PopCrave) February 1, 2024
Sin embargo, la visión de Spears sobre el tema es muy distinta: “Una mujer parecida a mí le engaña y él merodea triste bajo la lluvia”, explica ella sobre el videoclip de ese tema, que la hizo parecer la mala de la película, quien le había abandonado, y por el que la prensa la retrató “como a una ramera que le había roto el corazón al chico de oro de Estados Unidos”, como ella misma escribía. “En realidad”, contaba en su libro, “yo estaba en estado de coma en Luisiana, y él correteaba feliz por Hollywood”. Poco después tuvo que enfrentarse a una dura entrevista en televisión de la mano de la presentadora, Diane Sawyer, donde fue acusada ante millones de personas de causarle “muchísimo dolor” a Timberlake. Ese, como ha contado, fue un “punto de quiebre” y ahí se sintió “explotada en frente del mundo entero”.
Tras la publicación de las memorias de Spears, el cantante se ha mantenido en silencio. La propia Britney tampoco había vuelto a hablar de él. Tampoco lo había hecho antes; nunca ha usado su nombre como herramienta publicitaria, a diferencia de Timberlake, que ha bromeado a lo largo de los años sobre ella, su relación y su virginidad, e incluso la ha llamado “fulana”. Pero la noche del domingo la cantante publicaba un vídeo en su perfil de Instagram, ya borrado, donde aparecían Justin Timberlake y Jimmy Fallon tocando instrumentos, y en el texto que lo acompañaba alababa el nuevo trabajo musical de Timberlake e incluso iba más allá. “Quiero disculparme por algunas de las cosas que escribí en mi libro. Si ofendí a alguna gente por la que realmente me preocupo, lo siento profundamente. También quería decir que estoy enamorada de la nueva canción de Justin Timberlake, Selfish. Es buenísima. ¿Y cómo puedo reírme tanto cada vez que veo juntos a Justin y Jimmy? Postdata: Sanctified es estupenda también”.
Es decir: las no disculpas de Timberlake llegaban justo tres días después de las públicas de Spears. Él solo se había disculpado con ella una vez, en febrero de 2021, cuando se estaban celebrando las vistas de la tutela legal a la que estaba sometida Spears por parte de su padre. También le pidió perdón a la cantante como a Janet Jackson, de cuya polémica actuación en la Super Bowl, cuando levantó parte del top de la cantante y dejó ver su pecho al aire, se cumplen este 1 de febrero 20 años. “He visto los mensajes, las etiquetas, los comentarios y he querido responder. Siento profundamente todas las veces en mi vida que con mis acciones contribuí al problema, hablé cuando no tocaba o no defendí lo que era correcto. Sé que fallé. Entiendo que me quedé corto en esos momentos y en muchos otros y que me beneficié de un sistema que aprueba la misoginia y el racismo”, dijo entonces. “Específicamente quiero disculparme con Britney Spears y Janet Jackson, individualmente, porque me importan y las respeto y sé que he fracasado. Me siento obligado a responder porque todos los involucrados se merecen algo mejor y porque esta es una conversación muy amplia de la que quiero formar parte”. Pero nunca más volvió a la conversación.
Esta vez, quien no se ha callado ha sido Spears. En dos publicaciones de Instagram en las que no permite comentarios ha escrito indirectas muy directas a su ex. “Ten cuidado de cómo manejas tus cartas cuando tienes a la reina de corazones”, escribe en la primera, con un dibujo de una rosa. La segunda es aun más clara: “Alguien me ha contado que vas contando mierda sobre mí por la calle. ¿Vas a llevarlo a los tribunales o vas a volver a casa llorando con tu madre como la última vez? ¡No pido perdón!”. La pelea no ha hecho más que empezar.
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