En Ecuador el objetivo es derrotar la violencia y en Guatemala temen interferencias. Imagen: geralt, Pixabay
Este domingo 20 de agosto se celebran elecciones presidenciales en Ecuador y Guatemala. Ambos comicios llevan la sombra de la incertidumbre.
En Ecuador, más de 13 millones de electores están convocados a unos comicios marcados por la violencia luego del asesinato del candidato Fernando Villavicencio, el pasado 9 de agosto y del dirigente Pedro Briones cinco días despúes.
Con alrededor de 20% de indecisos según las encuestas, de los ocho candidatos, la postulante Luisa González encabeza las preferencias, seguida de Otto Sonnenholzner, Yaku Pérez y Jan Topic.
González es la candidata del partido de izquierda Revolución Ciudadana de Correa; el exvicepresidente Sonnenholzner (2017-2021) es presentado por el partido de corte liberal SUMA, mientras Pérez es el único postulante indígena que llega por la alianza denominada Claro que se Puede y Topic es un millonario experto en seguridad y excombatiente de la milicia francesa apoyado por el partido Socialcristiano de derecha.
En caso de que un candidato obtenga al menos 40% de los votos más 10 puntos porcentuales de ventaja sobre su más cercano rival ganará la elección en primera vuelta. De no ser así, está previsto un balotaje para el 15 de octubre. El Consejo Electoral ha anticipado que entregará las credenciales a los ganadores, de haber segunda vuelta, el 30 de noviembre.
Independientemente de quién obtenga la victoria, los ecuatorianos coinciden en que el primer objetivo debe ser derrotar la violencia.
En Guatemala el reto es superar el abstencionismo
En Guatemala, los candidatos socialdemócratas Bernardo Arévalo, del partido Semilla y Sandra Torres, del partido Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) se enfrentarán en la segunda vuelta. La primera ronda fue el pasado 25 de junio para elección de presidente y vicepresidente, 160 diputados al Congreso de la República, 20 diputados supranacionales al Parlamento Centroamericano y 340 gobiernos municipales.
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) tomó dos semanas para avalar los resultados de esa primera vuelta y el 12 de julio, la Fiscalía ordenó la suspensión del partido de Bernardo Arévalo, que se clasificó a las elecciones en segundo lugar. La Organización de Estados Americanos (OEA), Estados Unidos, la Unión Europea y varios organismos alertaron de un ataque a la democracia en el país centroamericano.
El verdadero ganador de la primera vuelta fue el abstencionismo con cerca de 40%, 17,4% votos nulos y voto en blanco cerca de 7%. Un resultado que refleja la pérdida de confianza de la población guatemalteca en sus representantes. En una encuesta publicada el 2 de agosto por la Fundación Libertad y Desarrollo y Cid Gallup, 73% de los encuestados “considera que la democracia guatemalteca está amenazada y en peligro”.
De cara a las elecciones de este domingo, la población guatemalteca y la comunidad internacional temen nuevas interferencias en el proceso electoral. Según la misma encuesta, 56% de la población encuestada está dispuesta a protestar si se cancela la segunda vuelta y 67% se opone a la persecución contra el Movimiento Semilla.
Esa persecución tuvo su antecedente en el allanamiento de la Fiscalía al Tribunal Supremo Electoral y a la sede del Movimiento Semilla, por lo que el secretario general de la Organización de Estados Americanos, OEA, Luis Almagro, realizó una visita de inspección a comienzos de agosto para verificar en terreno qué estaba sucediendo y después presentar una información a la asamblea del organismo.
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