El chavismo ha terminado escogiendo al candidato de la oposición venezolana. En la recta final de un día de tensión y negociaciones, el gobernador del Estado Zulia, Manuel Rosales, líder del partido Un Nuevo Tiempo, logró registrar su postulación a las elecciones presidenciales. También lo hizo el moderado Enrique Márquez, vinculado al mismo partido, que en un primer momento iba a apoyar a María Corina Machado y a su sucesora, Corina Yoris. Pudo finalmente inscribir su candidatura con otra lista, la organización Centrados, anulada dos semanas atrás y readmitida nuevamente por el Consejo Nacional Electoral (CNE). Yoris no ha podido formalizar su postulación por un supuesto fallo informático en la página del la autoridad electoral.
La Plataforma Unitaria debate sobre una posible sustitución de Yoris. Está por verse si el movimiento que construyó Machado en los últimos meses se aglutina en torno a Márquez, que hasta el año pasado ocupaba un sillón como rector del Consejo Nacional Electoral y que luego fue obligado a renunciar, junto con todo el cuerpo directivo, para dar paso a una junta totalmente plegada a Maduro. Márquez, un político moderado y negociador, poco conocido y de baja popularidad, fue parte de la que fue la junta electoral “más equilibrada” en 20 años en Venezuela.
Su postulación, de momento, cuando no se han podido inscribir los candidatos propuestos por la Plataforma Unitaria, podría asegurar un puesto al sector crítico con Maduro. Pero también podría amenazar la unidad de la oposición lograda hasta ahora. Las últimas horas del lapso de inscripción de candidaturas presidenciales en Venezuela han sido absoluto vilo. El CNE ha echado mano del “moderno sistema automatizado” del que hace alarde frecuentemente para bloquear y readmitir partidos aludiendo a “fallos técnicos” como parte de un juego político que busca cerrar toda posibilidad de que Nicolás Maduro, con un 80% de rechazo de la población, pueda perder en la cita fijada para el 28 de julio.
En horas de la tarde se descartó la extensión del plazo de postulaciones para que cuatro organizaciones restantes pudieran concretar su trámite. Además de la Mesa de la Unidad Democrática y Un Nuevo Tiempo, quedaron por fuera Movimiento Ecológico de Venezuela y las disidencias del Partido Comunista de Venezuela, también en disputa por la titularidad del partido, y Fuerza Vecinal que, en teoría, se adheriría a la postulación de la MUD en favor de Yoris. El desenlace todavía no es definitivo, al menos sobre el papel, pues falta que las autoridades admitan a los postulados y también se abre un proceso de impugnaciones en el que todo puede cambiar. Todavía quedan cuatro meses de brega hasta las elecciones.
Henrique Capriles, que el año pasado tenía intenciones de ser candidato, ha advertido a la dirección de la oposición la necesidad de tomar decisiones para no quedar fuera de la contienda. “Hay que tener fuerza para tomar decisiones injustas pero inevitables. Hay que buscar que el país tenga una opción para poder votar”.
Machado esperó hasta el viernes pasado la posibilidad de que le levantaran la inhabilitación que el Supremo ha dictado en una sentencia considerada inconstitucional. Ese día anunció la candidatura sustituta de acuerdo con los partidos que la respaldan y que están integrados en la Plataforma Unitaria. Corina Yoris, sin historial en la Administración pública ni ningún punto flaco que pudiera ser usado legalmente para vetarla, asumió la responsabilidad de la postulación. Pero el chavismo igual lo ha impedido. El CNE no autorizó a representantes de las dos tarjetas que podrían postularla, la de Mesa de la Unidad Democrática, y la del partido Un Nuevo Tiempo, a ingresar en la plataforma para registrar su nombre.
En cambio, otros nueve candidatos, de una oposición que convive con el chavismo, han podido completar el proceso. Varios de ellos desde partidos que ha sido intervenidos judicialmente en el pasado para poner directivas afines al chavismo, como Voluntad Popular que inscribió a Daniel Ceballos o Acción Democrática que respalda a Luis Eduardo Fernández.
Para su postulación de Maduro, el oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela tomó con total tranquilidad las manzanas del centro de Caracas y organizó una concentración con simpatizantes provenientes de todo el país. La militancia del PSUV, encabezada por la dirección nacional del partido, -con la primera dama, Cilia Flores, Diosdado Cabello y los hermanos Jorge y Delcy Rodríguez, Rafal Lacava y Héctor Rodríguez a la vanguardia- caminó hasta la sede del CNE en un mediodía muy asoleado y caliente.
Como presidente-candidato, Maduro entró, literalmente, en alfombra roja, a la sede del Consejo Nacional Electoral, ubicada en las Torres de El Silencio en el centro de la ciudad. Con un atuendo deportivo, y mostrando a todos un cartel con las fotos de Simón Bolívar y Hugo Chávez, fue recibido por la directiva del organismo, encabezada por Elvis Amoroso, su amigo personal, un abogado militante del PSUV muy cercano al Palacio de Miraflores, que le dio cuenta al mandatario del número de candidatos inscritos.
Frente a la directiva del Poder Electoral, Maduro fue presentado por Diosdado Cabello, primer vicepresidente del partido y número dos del régimen chavista, quien hizo entrega a los rectores del formulario que lo postulaba como candidato del partido. Este encargó al actual presidente, “el destino de la patria”, y se mostró seguro que “nunca defraudará al pueblo venezolano”
Al tomar la palabra y agradecer a Cabello, Maduro pronunció un discurso pensado para la feligresía de su partido, donde se enalteció la figura de Hugo Chávez, se hizo énfasis en la lucha de estos años por conservar la independencia de la nación, y se lanzaron duros comentarios contra sus enemigos de “la oligarquía y los apellidos”, como se refiere a la oposición venezolana, hoy mayoritaria en las encuestas de opinión, que sigue sin poder inscribir un candidato.
“Con o sin ustedes vamos a hacer elecciones este 28 de julio”, dijo Maduro a sus adversarios, tal y como lo hizo en 2018. El líder bolivariano pronunció luego otro discurso en la Plaza Diego Ibarra, una vez fuera del CNE. En medio de un despliegue de seguridad con militares y policías, Maduro volvió a denunciar un intento de asesinato en su propia postulación. “Hoy fueron capturados dos hombres con armas que pretendían hacerme un atentado. Ya declararon, forman parte del partido fascista de extrema derecha Vente Venezuela. Están capturados y confesos, infiltrados aquí en la marcha”. Inmediatamente, el Ministerio Publico informó que fueron detenidos cerca de la tarima presidencial y que están siendo procesados por terrorismo, asociación, magnicidio en grado de tentativa, instigación al odio y porte ilícito de arma de fuego en lugares prohibidos.
Siga toda la información de El PAÍS América en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.
Noticia Confirmada
0 comentarios