La autoridad aeronáutica de Estados Unidos ha decidido inmovilizar los aviones Boeing 737 MAX 9 después de que una aeronave de Alaska Airlines con 177 personas tuviera que realizar un aterrizaje de emergencia al poco de despegar en Portland (Oregón) por desprenderse una parte del fuselaje del avión. Alaska Airlines ya había decidido dejar en tierra sus aviones, pero ahora la Administración Federal de Aviación de EE UU (FAA, por sus siglas en inglés) ha decidido extender la inmovilización a aviones de esa variante que operan en EE UU. “La FAA ordenará la inmovilización temporal en tierra de determinadas aeronaves Boeing 737 MAX 9 operados por aerolíneas estadounidenses o en territorio estadounidense”, ha indicado.

“La FAA está exigiendo inspecciones inmediatas de determinados aviones Boeing 737 MAX 9 antes de que puedan volver a volar”, explica la autoridad aeronáutica, que precisa que serán necesarias inspecciones de cuatro a ocho horas por aparato y que su instrucción afectará a “aproximadamente 171 aviones en todo el mundo”.

El vuelo despegó de Portland, en el noroeste de Estados Unidos, el viernes a las 17.00, hora local, rumbo a Ontario, en California, pero tuvo que regresar unos 20 minutos después tras señalarse “un problema de presurización”, según ha explicado la FAA en la red social X. Las imágenes que se han publicado en internet muestran máscaras de oxígeno colgando del techo del aparato y la parte trasera izquierda del fuselaje con un agujero que parece el hueco para una puerta de emergencia, aparentemente no habilitada. En el interior del avión parte de la pared de la cabina también se desgarró, dejando al descubierto material aislante.

Un pasajero del vuelo, Kyle Rinker, ha declarado a la CNN que la ventanilla había estallado justo después del despegue. “De repente oí un gran estruendo”, dijo Elizabeth Le, otra pasajera, en una entrevista al canal local KCAL News . “Luego miro a mi izquierda y veo un trozo enorme, una parte del avión que solo faltaba y el viento era extremadamente fuerte. Soplaba viento por todas partes, pero todo el mundo estaba en sus asientos”, añadió.

Según testigos citados por medios estadounidenses, nadie ocupaba el asiento más cercano al hueco. Sí había pasajeros en el asiento central y de pasillo, que fueron trasladados a otra parte del avión con ayuda de los auxiliares de vuelo. El avión había sido certificado en octubre, según los registros de la FAA disponibles en línea que recoge la agencia AFP.

Los auxiliares de vuelo describieron la descompresión como “explosiva”, y un auxiliar de vuelo sufrió heridas leves, según la Asociación de Auxiliares de Vuelo de Alaska Airlines. “La situación podría haber sido catastrófica sin la excepcional capacidad y profesionalidad de los auxiliares de vuelo y pilotos”, señala en un comunicado. El vuelo transportaba 171 pasajeros y 6 tripulantes.

El siniestro amenaza con volver a poner a Boeing y su modelo 737 MAX en el ojo del huracán después de que en 2019 se le retirara el permiso de vuelo —el fabricante estadounidense hasta suspendió su fabricación— a raíz de dos accidentes fatales que le costaron la vida a más de 300 personas. En octubre de 2018 se estrelló en el Mar de Java, en Indonesia, el vuelo 610 de la compañía de bajo coste Lion Air operado por un 737 MAX 8; pocos meses después, en marzo de 2019, fallecieron 157 personas en el vuelo 302 de Ethiopian Airlines en el mayor desastre aéreo de ese año —el modelo de avión era el mismo—.

La investigación que se puso en marcha tras las dos desgracias desveló fallos en el diseño del sistema de estabilización (MCAS) del modelo y que la empresa, pese a haber asegurado que los 737 MAX eran tan seguros como cualquier otro tipo de aeronave, sabía del defecto. Por engañar a los inversores, la Comisión de Valores y Bolsa estadounidense (la SEC, por sus siglas en inglés) multó la compañía con 200 millones de dólares e impuso una sanción de otro millón a su ex consejero delegado, Dennis A. Muilenburg. La FAA mantuvo hasta noviembre de 2020 la prohibición de volar a los 737 MAX.

Antes de la instrucción de la FAA, Alaska Airlines ya había decidido inmovilizar sus aparatos de ese modelo. “Tras el incidente de esta noche en el vuelo 1282, decidimos dejar temporalmente en tierra nuestra flota de 65 aviones Boeing 737-9 como medida de precaución”, había anunciado previamente el director de Alaska Airlines, Ben Minicucci, en un comunicado. “Ningún avión volverá a volar hasta que se hayan completado todas las inspecciones de mantenimiento y seguridad”, añadió Minicucci, estimando que esto llevaría unos días. Las primeras revisiones no han detectado problemas en otros aviones.

Boeing, por su parte, publicó un mensaje en X en el que asegura que está investigando lo ocurrido. “Estamos al tanto del incidente que involucró al vuelo #AS1282 de Alaska Airlines. Estamos trabajando para recopilar más información y estamos en contacto con nuestro cliente de la aerolínea. Un equipo técnico de Boeing está listo para apoyar la investigación”. La FAA y la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) también han anunciado que investigarán el caso.

El 737 Max es el avión más popular de Boeing y su mayor fuente de ingresos. Los aviones de pasillo único como el Max y la correspondiente familia A320neo de Airbus SE son los que más se utilizan en rutas cortas. Hay cerca de 1.200 aviones 737 Max volando, pero la inmensa mayoría son de la variante 737 Max 8, seguida de la 8-200, mientras que de la variante que ha sufrido el incidente, 737 Max 9, son algo más de 200. Alaska Air es el segundo mayor operador de la variante 737 Max 9, por detrás de United Airlines, con unos 80. Otras aerolíneas que operan esa variante son Copa Airlines, con 29 unidades, y Aeroméxico, con 19. FlyDubai, que tiene tres aviones Boeing Max 9, dijo estar al tanto de los informes y afirmó que sus aviones tienen una configuración de cabina diferente a la del modelo de Alaska, informa Bloomberg.

El 737 Max tiene una disposición modular del fuselaje que permite instalar puertas de emergencia de forma más variable en función del número de asientos. Esto proporciona a los operadores una mayor flexibilidad en la configuración de la cabina. En el 737-9 Max, Boeing incluye una puerta de salida de cabina a popa de las alas, pero antes de la puerta de salida trasera. Se activa en configuraciones de asientos densos para cumplir los requisitos de evacuación. Las puertas no se activan en los aviones de Alaska Airlines y están permanentemente tapadas, según Bloomberg.

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