En el 2014 Tamoa Calzadilla era una destacada periodista de investigación del periódico Últimas Noticias, un tabloide venezolano muy popular que en ese momento era editado por la Cadena de Publicaciones Capriles. Ese año hubo una serie de protestas con muertes, heridos y detenidos. La primera víctima fatal fue el joven Bassil Da Costa el 12 de febrero. Ese hecho tendría peso cuando Tamoa y su esposo, el fotógrafo David Maris, decidieron emigrar.
“Fueron tres hechos. Jamás había pensado irme de Venezuela y menos ejercer el periodismo en Estados Unidos, por el idioma. El primero fue la censura que estaban aplicando en Últimas Noticias, que cada día era más fuerte y en mi caso se manifestó en la no publicación del reportaje sobre el caso Bassil Da Costa, donde determinamos que fue la policía política quien lo asesino y aumentó la presión al equipo. En en ese momento presenté mi renuncia y redacté una carta pública sobre cómo estaba operando la censura en la Cadena Capriles y las causas de mi salida. Me convierto así, en abanderada de los periodistas que denuncian la censura y eso me ubicó en el ojo del gobierno y del chavismo.
“El segundo evento es que David, mi esposo, estaba cubriendo con Ludmila Vinogradoff una entrevista a Lilian Tintori. Los tres iban a Ramo Verde -prisión militar- Lilian llevaba un letrero en la espalda que decía “El que se cansa pierde”. David le temó varias fotos y en ese momento lo detienen, le decomisan el equipo y no se lo entregaron con la excusa de que estaba siendo investigado por espionaje. Nunca lo recuperó.
“El tercer episodio fue en julio de 2014. Ese día llegamos a nuestra casa y encontramos que se habían metido y se habían llevado mi computadora de uso personal. Eso, y la sospecha de que pudieran sembrar algo que me implicara en algún delito, nos hizo tomar la decisión de migrar los cuatro: David, yo y los dos hijos de 13 y 5 años.”
Tomada la decisión, Tamoa y David comienzan a evaluar posibilidades.
“Evaluamos Panamá, México, Colombia… La última opción era Estados Unidos por el idioma. En ese trance recordé a unas amigas venezolanas que estaban trabajando en un proyecto en Univisión en Estados Unidos que dirigía Borjas Echeverría, que ahora es uno de los directores adjuntos de El País de España. Él quería hacer un periodismo propio, de investigación. Cuando llego a Estados Unidos comienzo a ver a Miami como posibilidad. Mis amigas me insisten en que agende una entrevista con Borjas porque ella le habían hablado de mí y él me quería conocer.
“Lo llamé y me invitó a una reunión en su casa. Conversamos en un apartado y aquello fue amor a primera vista. Fue una entrevista de minutos: me preguntó sobre mi experiencia y expectativas. Me citó, para el día siguiente a su oficina y en ese encuentro me dijo que me podía venir a Estados Unidos con mi familia, que Univisión se encargaría de todo. Ahí estuve seis años. Los primeros dos años en trabajos de investigación y los últimos cuatro años en la metodología del fact checking. Univisión creó la primera unidad de fact checking en Estados Unidos en español. Ahí aprendí a relacionar el periodismo de investigación con el fact checking.”
De la investigación a la verificación
El 2020, con la pandemia de Coronavirus y las elecciones en Estados Unidos, el equipo de Tamoa recibe un presupuesto para desarrollar un proyecto que consistía en en un chatbot por whatsApp para responder preguntas. Ante ese nuevo reto, contrata nuevo personal y concreta alianzas. Así nace Factchequeado (“Una comunidad de latinos contra la desinformación en US”).
“Actualmente tenemos como 90 medios en Estados Unidos que toman nuestros contenidos y los publican”, afirma Tamoa orgullosa.
De la verificación a una beca soñada
Estando al frente de factchequeado se postuló a una de las “becas más soñadas por los periodistas en Estados Unidos”. La JSK Journalism en la Universidad de Stanford. Tamoa aparece primera en la fila de fotos de los becados para el lapso 2024-2025.
Esos afortunados son descritos como “veteranos y líderes emergentes del periodismo de grandes y pequeñas redacciones de todo el país; son empresarios e innovadores de organizaciones sin fines de lucro; periodistas visuales y ejecutivos de organizaciones de noticias. Vendrán a la Universidad de Stanford durante nueve meses para explorar y probar soluciones prácticas a problemas urgentes y sistémicos que enfrenta el periodismo.”
“No era la primera vez que me postulaba. La primera vez fue durante la pandemia. No quedé y cuando te informan el resultado, a quienes no quedan lo animan a aplicar nuevamente. Así lo hice y la segunda fue la vencida.“
En su época de periodista en Venezuela, la verificación de las informaciones se hacían llamando a la fuente o alguien cercano. Si la persona involucrada se negaba a comentar ya se había cumplido con el deber. La inteligencia artificial no tenía arte ni parte. Hoy es es un desafío para los periodistas.
“Estamos haciendo aprendizaje en el camino. Cada momento -para bien y para mal- sale algo nuevo en Inteligencia artificial que nos pone a correr y adaptarnos. Porque para bien, la Inteligencia Artificial sirve – entre otras cosas- para el chatbot que todo es automatizado. Hay un servicio que permite revisar un discurso en youtube y te indica qué frases pueden ser verificables, las cifras, los datos duros. También hay una aplicación al que presentas una foto y te indica qué probabilidades hay de que esa imagen haya sido creada con IA. En estos casos juega a nuestro favor pero también hay aplicaciones para crear videos e imágenes inexistentes. Y eso también cada día se perfeccionan más. Yo siempre digo en los talleres de periodismo que para mí el periodista sigue trabajando con las herramientas que tiene y las teclas. Para mi el periodista siempre tiene que confirmar con la fuente, aplicar el sentido común. Lo que pasa es que actualmente todo es más rápido y cuando llega el desmentido generalmente es un poco tarde.”
Afirma Tamoa que en varios estados de la Unión el fact checking es materia obligatoria en secundaria “porque esto ya no es exclusivo de periodistas. Es importante que todo estudiante conozca un mínimo de herramientas para verificar lo que puede ser falso en una información.”
Inoculando contenido
Tamoa no se ha quedado en la teoría y en la prédica. Como cabeza de Factchequeado suele dar talleres “alfabetizando al público en todo los relacionado con lo que puede ser noticias falsas y la primera instrucción que damos es: cuando te llegue un contenido, si te produce emociones, respira hondo, chequea, consulta sobre la fuente y métela en Google a ver si está verificado.”
Inoculación de contenido es otra tarea de Factchequeado. Consiste en preparar al público para desenvolverse adecuadamente en situaciones previsibles como un huracán. Producen contenido explicando en qué consiste un huracán, la clasificación según la velocidad de los vientos, precauciones…
“Eso lo estamos haciendo para las elecciones de Estados Unidos. Estamos produciendo contenidos sobre cómo funciona el sistema electoral.
Guía para periodistas
Tamoa hizo un curso en la Universidad de Missuri que tenía por finalidad hacer una guía español-inglés para periodistas que cubren comunidades latinas en Estados Unidos y quieren tener un mínimo de conocimientos de fact checking y cómo servirle a la comunidad hispana. Además, brinda la posibilidad de afiliarse, independientemente de la dimensión del medio informativo.
“Imagínate explicar aquí, donde hay muchos que no hablan inglés, algo que es tan complicado. La guía indica, no solo cómo verificar un contenido en Google sino en otras aplicaciones donde se puede verificar cuándo fue tomada una fotografía o detalles sobre un sonido.”
Ahora a pensar qué hay más allá
El día de esta conversación, Tamoa estaba en un corre corre. Se mudaba de Miami a su nueva residencia en Palo Alto, California, “tres hora antes de ti”
En esos minutos finales recordó los momentos en que le hicieron el examen para la beca.
“En Stanford le dan importancia a cosas como que vengas con tu familia, que tengas tiempo para otras actividades como música, sicología… Es como para tomarse un año para pensar qué hay más allá de lo que he venido haciendo. Eso me tiene fascinada.
“Las preguntas que me hicieron para aplicar no son las tradicionales para una hoja de vida. Son interrogantes como por qué tu, por qué ahora, cómo cambiará esto tu vida si ya has logrado objetivos… es algo filosófico. Me costó llenarla. Y lo que había escrito no me gustaba y lo volvía a hacer. Además, en inglés. Si es complejo explicarlo en el idioma natal imagínate en otro idioma…”
-¿Regresaría a Venezuela?
-… Me gustaría participar en su reconstrucción…
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