Euroliga jornada 28
Roger Grimau sabe que Ricky Rubio es como una hucha. Cada minuto que le concede en la cancha, aunque el cerebro le empuje a sacarlo para aprovechar a un compañero más en forma, es una inversión. El base de El Masnou aún no ha vuelto a ser ese jugador que se llevó el MVP en un Mundial y que hizo carrera en la NBA, así que lo fácil sería tenerlo sentado cuando todo se complica, pero el entrenador del Barça le dio minutos en el último cuarto en la Fonteta y el premio fue una ventaja de trece puntos que el Valencia Basket ya no pudo remontar (78-88).
El futuro del equipo de Álex Mumbrú pasaba por entrar en el play-in, pero no gana en Europa desde el 1 de febrero y en casa, desde el 19 de enero. Ahora mismo hay más dudas que certezas y si vence el Partizan este viernes cerrará la jornada 28 fuera ya del play-in. El Barça, en cambio, sumó una victoria importante cuando se dudaba de su capacidad como visitante y se afianza en el segundo puesto a tres victorias del Real Madrid. Los blancos, que casi habían llegado a marzo con su pabellón inmaculado en Euroliga (ninguna derrota), ha sufrido dos tropiezos seguidos en el WiZink, el segundo con mucha claridad ante el Fenerbahçe turco (79-89).
Más importante aún que Ricky, fue Jan Vesely. El pívot checo tuvo un partido inmaculado en el tiro y cerró el encuentro con 21 puntos y diez canastas de diez intentos en 27 minutos. Sus certeros lanzamientos de media distancia fueron un tormento para un Valencia incapaz de enterrar esa irregularidad que le está condenando en la Euroliga.
Esta jornada ha servido también para coronar a Mike James (AS Mónaco), convertido ya en el máximo anotador de la historia de la Euroliga tras haber superado, en 271 partidos, los 4.455 puntos que Vassilis Spanoulis logró en 358 encuentros.
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