En noviembre de 1938, un pez pulmonado llamado Matusalén emprendió un viaje desde Australia hasta el acuario Steinhart de San Francisco a bordo de un transatlántico. Era la época en que Estados Unidos se recuperaba de la Gran Depresión, Alemania estaba bajo el dominio de Adolf Hitler y se estrenaba la primera película de animación de Walt Disney, Blancanieves y los siete enanitos.
Matusalén, que debe su nombre al personaje bíblico que vivió 969 años, ha sobrevivido a los otros 231 peces que llegaron con ella desde Fiyi y Australia. Sorprendentemente, sigue prosperando en el acuario de la Academia de Ciencias de California, y se ganó extraoficialmente el título de pez de acuario vivo más viejo del mundo en 2017. Sin embargo, un nuevo análisis de ADN sugiere que Matusalén podría ser incluso más antigua de lo que se creía. La investigación, que se publicará a finales de este año, estima su edad en alrededor de 92 años, aunque potencialmente podría tener 101 años, superando su edad estimada anterior de 84 años.
Charles Delbeek, conservador de proyectos de acuario del Steinhart Aquarium, se mostró entusiasmado con esta nueva información científica sobre la edad real de Matusalén y destacó su papel como importante embajadora de su especie. Su presencia en el acuario ayuda a educar y despertar la curiosidad de visitantes de todo el mundo. Además, poner la colección viva a disposición de investigadores de todo el mundo contribuye a nuestra comprensión de la biodiversidad y los requisitos para la supervivencia de las especies”.
Los investigadores también recogieron muestras de otros 32 peces pulmonados en instituciones de Estados Unidos y Australia, incluidos los otros dos peces pulmonados de la academia (de 50 y 54 años). El objetivo era crear un “catálogo de peces pulmonados vivos” exhaustivo, que podría resultar valioso para los esfuerzos de conservación.
Anteriormente, determinar la edad de los peces pulmonados era un proceso más invasivo y potencialmente dañino, que implicaba el examen de los huesos del oído o la extracción de escamas enteras. El nuevo método consiste en recoger una pequeña muestra de la aleta, de menos de medio centímetro, y analizar moléculas específicas conocidas como “grupos metilo” unidas al ADN del animal, que aumentan con la edad. Estudiando peces pulmonados de distintas edades, sobre todo los más viejos como Matusalén, los investigadores perfeccionaron su técnica de envejecimiento y obtuvieron información sobre la extraordinaria longevidad de esta especie.
El pez pulmonado australiano, también llamado pez pulmonado de Queensland (Neoceratodus forsteri), es una de las seis especies de peces pulmonados y a menudo se le denomina “fósil viviente” debido a su aparición en el registro fósil hace unos 380 millones de años. Estas antiguas criaturas poseen el mayor genoma conocido de cualquier animal, aproximadamente 14 veces más largo que el de los humanos.
Los peces pulmonados, a diferencia de la mayoría de las especies de peces, poseen uno o dos pulmones además de las branquias. Aunque suelen utilizar las branquias para obtener oxígeno, pueden salir a la superficie para respirar aire cuando cambia la calidad del agua o durante los periodos de sequía en los arroyos. El pez pulmonado australiano figura como especie en peligro en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza debido a amenazas como la contaminación, las especies invasoras y las presas.
A lo largo de sus muchos años en el acuario Steinhart, Methuselah se ha ganado fama por su “encantadora personalidad y su afición a las caricias en el vientre”. Brenda Melton, directora de cuidado y bienestar animal del acuario, la describe como un pez contento y feliz, destacando la experiencia única y la longevidad que aporta al acuario.
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