Denver ha aplastado a Miami en el arranque de la final de la NBA, 104-93. Se sabía que este iba a ser un camino cuesta arriba para los Heat, quienes se han convertido en el segundo equipo de la historia de la liga que se disputa el trofeo Larry O’Brien después de haber terminado octavo en su conferencia. Los Nuggets de Nikola Jokic mostraron su poderío en casa, un territorio que aún no sabe qué es ganar un campeonato de baloncesto y donde el equipo ha sido prácticamente imbatible. La estrella serbia, después de un inicio modesto, cerró otra noche con un triple doble con 27 puntos, 14 asistencias y 10 rebotes. El canadiense Jamal Murray tuvo en su cuenta 26 puntos y 10 asistencias. Erik Spoelstra, el coach de los campeones del Este, tendrá que hacer ajustes para el segundo partido, que se disputará aquí en Colorado el domingo.
La final de la NBA comenzó con una gran pregunta. ¿Qué debía hacer el Heat para frenar a Jokic? La interrogante quedó despejada en los primeros minutos. Quedó claro que la defensiva de Miami podía anular a la estrella serbia si se lo proponía. El Joker, como lo llaman, solo hizo un disparo en los 12 minutos del arranque. Rompió el cero en su marca personal con un par de tiros libres tras una falta. Y su primera canasta fue segundos antes de que se agotara el último cuarto. A pesar de este modesto comienzo, cerró la noche con 27 puntos y su noveno triple doble de los playoffs. Murray y Jokic se han sumado esta noche a un selecto grupo de jugadores que anotan en su debut de una final más de 25 puntos, tiran por lo menos 10 pases y consiguen al menos cinco tableros. Los otros dos son Michael Jordan y Russell Westbrook.
Denver probó pronto por qué dominaron en el Oeste durante la temporada. El estadio Ball es una fortaleza. El de hoy fue el juego 50 en casa en la temporada. Solo han perdido en siete ocasiones. La afición tiene hambre anillo, que espera desde que el equipo llegó a la NBA en 1976. Los locales presumen que este es el estadio más alto de la liga, pues se juega al baloncesto a 1.600 metros sobre el nivel del mar. Cuando Miami saltó a la cancha, los de Denver les recordaron que aquí hay menos oxígeno.
Jokic tiró poco durante el arranque del partido, pero mostró que desde hace muchos años se adhiere a la filosofía del pase de Earving Magic Johnson. Tuvo 10 asistencias en la primera mitad. En el segundo cuarto, estando casi abajo de la canasta, Jokic lanzó la pelota al otro extremo de la cancha para encontrar libre a Bruce Brown, quien anotó un triple. “Dar un pase hace felices a dos personas. Marcar solo hace feliz a una”, dijo Jokic hace algunos años citando al legendario número 32 de Los Ángeles. Después de brillar en otra noche, la estrella europea lucía relajada. No vio acción durante nueve días, lo que ha transcurrido desde que eliminaron a LeBron James y los Lakers. “Disfruté”, dijo a la prensa el dos veces MVP. “Estuve en la piscina con mi familia, puedes ver que estoy un poco quemado”.
También se divirtió dentro de la cancha. Fue Bam Adebayo el encargado de presionarlo. Por momentos tuvo la ayuda de algún compañero para una doble marcación, lo que dejaba libre a algún rival. Aaron Gordon fue quien aprovechó el experimento defensivo ordenado por Spoelstra. El ala pívot no tuvo problemas en atacar la canasta desde la pintura al estar libre. Anotó 16 puntos, 14 en los primeros dos cuartos. Fue su mejor partido desde los 22 que anotó en la eliminación de los Lakers. Michael Porter Jr. también registró un doble doble con 14 puntos y 13 rebotes.
La disciplinada cobertura defensiva de Denver puso en aprietos a Miami. Los del Este tuvieron que pasear mucha pelota por la línea del área para encontrar jugadores abiertos que pudieran lanzar triples. Los tiros desde afuera fueron la estrategia ofensiva más socorrida por el Heat. Sin capacidad para penetrar el área y con la urgencia de recortar rápidamente distancia en el marcador, los disparos a profundidad fueron la apuesta. En la primera mitad lanzaron 17 triples, pero solo anotaron cuatro. Mejoraron en la segunda parte, convirtiendo el 33% de 39 intentos, 13 triples. Denver, en cambio, metió 8 de 27 (29%).
Al medio tiempo, cuatro de los ocho jugadores de Denver tenían dos dígitos. En Miami, en cambio, solo Adebayo había marcado más de diez. Este se convirtió en el motor ofensivo del Heat con una gran presencia en la pintura y logrando 26 puntos, 13 rebotes y 5 asistencias. Jimmy Butler tuvo solo 13 puntos en lo que ha sido su cosecha más pobre en los playoffs. El base Max Strus se fue en ceros en diez disparos en 21 minutos de juego. Y Caleb Martin tuvo tres puntos en 24 minutos. Estos habían sido jugadores decisivos en la eliminación de los Celtics, pero hoy han quedado a deber, al igual que Duncan Robinson (2 de 11). Los Celtics metieron 39 de 96 tiros, apenas 40%. Entre los ajustes que hizo el entrenador del Heat estuvo darle más minutos a Kyle Lowry, un experimentado veterano que ya fue campeón con Toronto. Este logró dar más salidas y revolucionar el ataque. Lowry encestó once puntos en la noche.
La distancia entre los locales y sus rivales se fue agigantando cuarto a cuarto. La ventaja en el primero fueron solo nueve puntos. Al descanso eran 17. Se estiró a 21 al cierre del tercer periodo. En el último, los Nuggets quitaron el pie del acelerador cerrando la noche con 40 de 79 intentos convertidos dentro del área. Estoque permitió a Miami recortar la diferencia gracias a una racha de 10-0 y el enceste de seis triples. La ayuda vino de un jugador inesperado. Haywood Highsmith salió de la banca y anotó 12 puntos en los minutos finales. Los Heat lograron recortar la distancia a diez puntos, pero pareció ser una concesión de los locales, quienes mostraron más hambre en este primer encuentro.
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