Después de Sin novedad en el frente, la potente película sobre las secuelas que en un grupo de jóvenes combatientes deja la I Guerra Mundial, que le valió en 2023 el Oscar al mejor filme internacional, el director alemán Edward Berger reaparece con otro título igualmente controversial.
Se trata de Cónclave, a estrenarse el próximo 20 de diciembre. Lo estelariza el británico Ralph Fiennes, en el que no pocos críticos han destacado que es el mejor rol de su carrera y que podría hacerlos aparecer a ambos -intérprete y realizador- en la lista de nominados del galardón de la Academia de Hollywood en su edición de 2025. Este thriller psicológico aborda los oscuros secretos que esconde la Iglesia a la hora de elegir a un nuevo Papa.
Basada en la novela homónima del escritor inglés de best sellers, Robert Harris, publicada en 2016, la historia sigue muy de cerca uno de los rituales más secretos y antiguos del mundo. Después de la inesperada muerte del Sumo Pontífice, el cardenal Lawrence (Ralph Fiennes) es designado para presidir el cónclave, la reunión en la que los más poderosos cardenales se congregan en el Vaticano para designar al nuevo líder de la Iglesia.
Lawrence no tarda en verse atrapado en una intrincada red de conspiraciones y luchas de poder, que desafían tanto su fe como su moral. La deliberación estará a cargo de 120 cardenales, entre los cuales figuran el progresista que quiere que la iglesia sea refugio para el diálogo entre culturas (Stanley Tucci), el conservador directamente heredero de la muy santa Inquisición empeñado en promover la enseñanza del latín como freno del Islam (Sergio Castellitto), el intrigante sin más ideología que el poder (John Lithgow), el abanderado de los pobres (Lucian Msamati) y en medio de todos ellos una monja (Isabella Rossellini). Como se aprecia, el elenco es realmente de lujo.
Al frente de la cinta, Ralph Fiennes deslumbra con una actuación que bien podría valerle, como dijimos al principio, una tercera nominación al Oscar, por su rol del cardenal absorto en una compleja red de intrigas, donde la sed de poder, la corrupción y la traición se entrelazan magistralmente.
Con todos estos detalles, no es de extrañar que el filme de Edward Berger siga los mismos pasos que su laureada Sin novedad en el frente en esta temporada de premios.
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