Un estudiante de la normal rural de Ayotzinapa, en el Estado de Guerrero, ha muerto tras ser tiroteado por la policía Estatal, la noche de este jueves, en un punto de revisión que las autoridades locales mantenían en busca de vehículos robados, en Chilpancingo. Según la información emitida por la Fiscalía del Estado, y la Secretaría de Seguridad, cuatro estudiantes se trasladaban en una camioneta con reporte de robo y cuando les solicitaron detenerse se negaron y “recibieron a los elementos de seguridad con disparos de arma de fuego”, dicen en un comunicado. La policía repelió la supuesta agresión y el resultado fue la muerte de uno de los estudiantes —identificado como Yanqui Rothan Gómez Peralta, de 23 años— y la detención de otro de ellos, del que, hasta el momento, no se tiene información. Los otros dos fueron liberados.
López Obrador ha lamentado los hechos de la noche de este jueves en Tixtla. El mandatario ha repetido en su intervención que su versión es “lo que ha dicho la policía”, pero que seguirán investigando. Además, ha anunciado que el caso será atraído por la Fiscalía federal para esclarecer los hechos y, eventualmente, castigar a los que resulten culpables. “No queremos que nadie pierda la vida”, ha dicho López Obrador, quien ha mandado condolencias a familiares y amigos. Pero también ha pedido a los abogados de las familias que actúen “con responsabilidad y sin caer en provocaciones” y ha deslindado lo “ocurrido en Chilpancingo” de los actos recientes en Ciudad de México, cuando unos estudiantes de Ayotzinapa derribaron la puerta de Palacio Nacional.
El caso Ayotzinapa no deja de ser una tragedia nacional que parece renovarse cada tanto. Aproximadamente a las 20.40 horas del jueves, una camioneta con cuatro estudiantes circulaba sobre el libramiento a Tixtla, en la capital guerrerense, cuando a la altura del Hotel Petatlán fueron detenidos por un retén de revisión de la Policía Estatal en el que se buscaban coches con reporte de robo. Según toda la información de las autoridades locales y estatales, el vehículo era robado y la policía abrió fuego cuando los estudiantes se negaron a detenerse y para repeler una agresión.
En una conferencia a medios locales, durante la madrugada de este viernes, Rolando Solano Rivera, el secretario de Seguridad Pública de Guerrero, aseguró que se trató de un hecho resultado de la confrontación entre las autoridades y los estudiantes: “A raíz de este acto delictivo, una persona sale herida y otra detenida. No fue directamente contra alguna institución, escuela, movimiento social, político, cultural… fue un hecho netamente delictivo”, ha dicho el general brigadier. La información apunta a que el estudiante baleado perdió la vida en el hospital y que otro compañero permanece retenido por la policía. El presidente ha asegurado que su vida no está en peligro.
La mañana de este viernes, en una entrevista para W radio, el sacerdote Filiberto Velázquez, director del Centro de Derechos Humanos Minerva Bello, en Guerrero, ha dicho en entrevista que el otro estudiante retenido por las autoridades se reporta “con certificado médico de que está bien de salud”, pero que no podría asegurarlo “porque nadie lo ha visto”, dijo. Además, el religioso asegura que las autoridades locales tienen bien identificados a los estudiantes y los vehículos que suelen usar para transportarse en el municipio: “Es obvio que eran estudiantes, no había duda que ellos tuvieran otra información”. Se refería al “argumento de los policías para deslindarse o decir que fue por un reporte de robo o una persecución”.
“Es un hecho fortuito y delictivo”, ha dicho contundente el general Solano Rivera, quien acompañado del general secretario de Gobierno, Ludwig Marcial Reynoso Núñez, informaron de las primeras pesquisas solo unas horas después, mientras los compañeros de los estudiantes de Ayotzinapa acudían al lugar de los hechos para incendiar vehículos policiales en protesta por lo sucedido. “Queremos decirles que el Gobierno del Estado de Guerrero lamenta estos hechos donde desgraciadamente un joven perdiera la vida. Como bien dice el general secretario, este acto se da a consecuencia de la persecución de un delito que se dio por un robo. Nosotros no perseguimos ningún movimiento social, estamos a favor del diálogo y la conciliación. Hacemos un llamado respetuoso a los estudiantes a que sigamos encausando este diálogo”, ha insistido Reynoso Núñez.
Tras las comunicaciones oficiales por parte de las autoridades, los estudiantes de la normal rural Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa, refutaron la información y responsabilizaron a la policía, por lo que consideraron como un ataque en contra de sus compañeros: “Hacemos responsable al mismo Gobierno de la fabricación de delitos y siembra de armas, lo mismo trataron de hacer en 2011, con el mismo discurso de que nuestros compañeros agredieron a los policías y que estos solo respondieron”, dijeron en alusión a lo ocurrido en diciembre de ese año, cuando dos jóvenes fueron asesinados en la autopista del Sol, Chilpancingo, la capital del Estado, en medio de una protesta. Los estudiantes, además, han asegurado que los policías estatales han manipulado la escena moviendo la camioneta del lugar original donde se encontraban y sembrando armas y drogas para justificar sus acciones.
“Derribaremos todas las puertas”
Hace solo un par de días, el miércoles, estudiantes compañeros de los 43 jóvenes desaparecidos en 2014 en Iguala, Guerrero, derribaron una de las puertas del Palacio Nacional para presionar al presidente López Obrador, a quien le exigen respuestas sobre el estancamiento de la investigación. Los estudiantes —al grito de “vivos se los llevaron, vivos los queremos”— rompieron las ventanas de un vehículo de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) que estaba estacionado cerca, retiraron el freno de mano y empujaron el coche una y otra vez hasta que la puerta de madera cedió.
En el interior del Palacio Nacional se encontraba López Obrador, en su conferencia de prensa matutina, cuando los jóvenes intentaron irrumpir en el edificio. El mandatario respondería a los actos un día más tarde: “Es una vulgar provocación”.
En una entrevista al diario El Universal, el padre de uno de los normalistas aseguró: “Seguiremos hasta donde tengamos que seguir, tumbando puertas para que se nos informe con la verdad sobre el paradero de nuestros hijos y tengamos justicia. Los obstáculos y las mentiras las creó este Gobierno”.
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