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El duelo estaba servido en la noche de los Emmy. El domingo, The Bear llegaba como la comedia más nominada de la historia, con 23 opciones (30 Rock llegó a 22 en 2009), pero Shogun como drama con 25; además, ya había ganado 14 premios en los Emmy técnico-artísticos, celebrados la semana pasada, y The Bear, siete. El drama sobre el Japón feudal llevaba cuatro, y cuando la comedia de cocina llevaba también cuatro y estaba a punto de igualarla, llegó la gran sorpresa de la noche: Hacks se alzó con el premio a mejor comedia del año, para sorpresa de sus creadores y del público congregado en el teatro Peacock de Los Ángeles. En total, fueron 18 para Shogun, 11 para The Bear y seis para Mi reno de peluche como serie limitada.
Cuando la industria del cine empieza a calentar motores para premiar a sus mejores películas, la pequeña pantalla se adelanta con sus galardones, los Emmy. Este año, de nuevo, la Academia de Televisión se ha colocado, en septiembre, la primera en la parrilla (con permiso de los premios del año pasado, trastocados a enero por las huelgas de actores y guionistas) en una gala de tres horas y cuarto ligera pero cargada de pausas publicitarias, y con intervenciones en las que primó el agradecimiento sobre cualquier discurso. Más allá de Liza Colón-Zayas y de los protagonistas de El ala oeste de la Casa Blanca, que animaron a votar, y de Candice Bergen, que bromeó ligeramente con el aspirante republicano a la vicepresidencia J. D. Vance, apenas se notó que quedan 50 días para las elecciones presidenciales.

Los cómicos Eugene y Dan Levy arrancaron la gala de los 76ª premios a las cinco en punto de la tarde, hora del Oeste de EE UU (las ocho en el Este; las dos de la mañana en la España peninsular). Padre e hijo se lanzaron en un monólogo de 10 minutos que dejó sonrisas, más que risas, o no tantas como las de los presentadores que llegaron después, que entusiasmaron al respetable: Steve Martin, Martin Short y Selena Gomez, que no podían evitar reírse hasta entre ellos mismos. Si el año que viene les sacan de investigar asesinatos en el Arconia a presentar premios, nadie tendría queja. Algo parecido a lo que ocurrió a mitad de la gala, cuando la aparición de Billy Crystal para presentar un premio y revivir viejas anécdotas ayudó a revivir al personal; también con Christine Baranski, Viola Davis y Gina Torres para hablar de series de abogados, levantando el aplauso general.

La noche arrancó sin sorpresas cuando Ebon Moss-Bachrach ganó a mejor actor de reparto en comedia por The Bear (Hulu). Después repitió el mejor actor principal, Jeremy Allen White, por su perfeccionista chef Carmen Berzatto en The Bear. “Esta serie me ha cambiado la vida”, reconocía el intérprete, tembloroso, como si no imaginara ganarlo ni por asomo, agradeciéndolo a su familia, su hermana, que le acompañaba (quienes esperaban a Rosalía siguieron esperando), y sus hijos.

Más emoción todavía le puso su compañera Liza Colón-Zayas, en su primera nominación y primer premio a los 52 años: “¿Cómo, cómo pensar que esto es posible, en presencia de Meryl Streep, de Carol Burnett, de Sheryl Lee Ralph? Mami, gracias”, decía la mejor actriz de reparto, terriblemente emocionada. “A todos los latinos que me están viendo: seguid creyendo y votad”. En comedia, Jean Smart, por su papel de diva cómica venida a menos en Hacks (HBO Max), ya dio un adelanto cuando se lo quitó a Ayo Edebiri por The Bear. También en comedia, la mejor dirección fue para el capítulo Peces (Fishes), de The Bear, el sexto de la segunda temporada y uno de los mejores de la serie. La mejor dirección fue para Hacks por su capítulo Bulletproof.
En el apartado de drama, dio la sorpresa Billy Crudup como mejor actor de reparto por The Morning Show (Apple TV+), arrebatándole a Shogun el primero de la noche. Pero luego, claramente, la serie de los samuráis y los señores feudales japoneses remontó con los premios de sus actores principales, Hiroyuki Sanada y Anna Sawai.

The Morning Show se llevó uno con Crudup, igual que The Crown, que recogió los últimos premios de su historia. Elizabeth Debicki se llevó su primera estatuilla alada en su segunda nominación por su fidedigno retrato de la princesa Diana de Gales en los últimos años de su vida. Luchaba contra su compañera Lesley Manville como Margarita de Inglaterra y contra nada menos que cuatro actrices de The Morning Show. La dirección al mejor capítulo se lo llevó Slow Horses, y el guion, Shogun.

En serie limitada, triunfó el inquietante éxito de Netflix Mi reno de peluche, con premio a la mejor serie y a sus actores. El descerebrado papel de Martha le dio el galardón a mejor actriz de reparto a Jessica Gunning. Y hasta tres veces salió al escenario Richard Gadd. La primera por escribir el mejor guion, como su creador y protagonista: “No pensé que pondría recuperar mi vida después de lo que me ha ocurrido. Esto es para quienes han pasado por malos momentos. Nada dura para siempre, da igual cómo de mal estés, sigue, sigue, sigue”. Después repitió como mejor actor, para terminar recogiendo el premio a mejor serie limitada. “No se romperían barreras si nadie se atreviera”, afirmó entonces. “La única constante en cualquier éxito en televisión es contar buenas historias. Así que tomad riesgos, romped límites, explorad lo inexplorado”.

En su cuarta nominación, Jodie Foster ganó su primer Emmy, como mejor actriz en una serie limitada por True Detective, que le dedicó a su compañera de reparto, también nominada, Kali Reis, y a su esposa, Alexandra Hedison: “El amor de mi vida”. Lamorne Morris se lo llevó como actor de reparto por Fargo, arrebatándoselo a Robert Downey Jr. por El simpatizante. El premio a mejor dirección de una serie o película limitada fue para Steve Zaillian por Ripley. The Traitors, presentada por Alan Cumming, que esta temporada está dando la sorpresa, también ganó como reality show o de competición; el mejor talk series fue The Daily Show, presentado por Jon Stewart.
Cris Abrego, “el mero mero”, como decía John Leguizamo al presentarlo, es el primer latino que preside la Academia de Televisión, pero no habló en español. El verdadero guiño, quien recopiló que había cinco latinos nominados y exigió “más historias de grupos excluidos, negros, asiáticos, judíos, árabes, LGTB”, fue el propio Leguizamo. También lo recalcaron, como presentadores, Gael García Bernal y Diego Luna: “Buenas noches, bienvenidas y bienvenidos a los Emmy. Un saludo a quienes hablan español en esta sala y a los más de 50 millones que hablan español en este país”. Fue el único español que se escuchó en la sala.
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