Hiroo Onoda: el soldado que continuó luchando 30 años después de que terminara la Segunda Guerra Mundial

El soldado japonés, Hiroo Onoda, fue el último en rendirse después de la derrota de su nación en la Segunda Guerra Mundial. De hecho, su entrega de espada, el gesto inequívoco de rendición, no se produjo hasta el 9 de marzo de 1974, casi 30 años después.

La historia de Hiroo Onoda

Hiroo Onoda: el soldado que continuó luchando 30 años después de que terminara la Segunda Guerra Mundial

La actitud de los soldados japoneses en la Segunda Guerra Mundial podría catalogarse, incluso, como fanatismo. En una sociedad donde la lealtad absoluta y el supuesto origen divino del emperador, solo podía formar a un tipo de soldado: el que lucha hasta la muerte. La rendición estaba fuera de discusión, porque no había nada peor que la deshonra.

El 6 de agosto de 1945, Estados Unidos lanzó  la bomba de Hiroshima. El 9 de agosto, la Unión Soviética invadía Manchuria, rompiendo su pacto de neutralidad con Japón. Ese mismo día, pocas horas más tarde, se lanzaba la segunda bomba en Nagasaki, así que la rendición, por primera vez, fue la única opción para Japón. Se presentó el 15 de agosto y el 2 de septiembre, firmó la Declaración de Potsdam. La Segunda Guerra Mundial había terminado para todos, excepto para una persona: el oficial de inteligencia del ejército imperial, Hiroo Onoda.

Onoda nació el 19 de marzo de 1922. Con 17 años, fue a trabajar a China, que estaba ocupada por el ejército imperial. En 1942, con 20 años y tras la entrada de Estados Unidos en la guerra, Onoda se alistó en el ejército. Ahí le entrenaron en técnicas de guerrilla e inteligencia militar. A finales de 1944 y con la guerra finalizando en Europa, Hiroo Onoda fue enviado a la isla filipina de Lubang.

Los oficiales al mando en la isla le ordenaron olvidarse de sus primeras órdenes: destruir sus instalaciones marítimas y aéreas. En vez de eso, le obligaron a preparar la evacuación de la isla. Las tropas americanas desembarcaron a finales de febrero del 45, acabando con la resistencia en la isla. El mayor Yoshimi Taniguchi ordenó a Hiroo Onoda que permaneciera y luchara hasta al final, con las siguientes palabras:

“Puede que nos lleve tres años, incluso cinco, pero pase lo que pase volveremos a por ti”.

De la selva al “nuevo” Japón

Hiroo Onoda: el soldado que continuó luchando 30 años después de que terminara la Segunda Guerra Mundial

Un grupo de hombres sobrevivieron y estuvieron ocultos en la isla desde entonces. Su plan era empezar una guerra de guerrillas, como habían entrenado a Hiroo Onoda. El teniente estaba al mando de otros 3 hombres que lucharon junto a él los años siguientes.

La guerra terminó en 1945, momento cuando empezó un plan para dar a conocer el final de la contienda a grupos de soldados como el de Hiroo Onoda, esparcidos por diferentes campamentos. Pero él y su grupo siempre lo rechazaron. Creían era propaganda y que Japón nunca se rendiría. Para ellos la guerra seguía y continuaron haciendo sabotaje en la isla y robando comida.

Incluso llegaron a enfrentarse a aldeanos que consideraban enemigos, por lo que se organizaron patrullas para buscarlos, pero no podían. Construyeron chozas con bambú y remendaban su uniforme constantemente. Del grupo de Hiroo Onoda, uno se rindió en 1950, cinco años después. El segundo falleció nueve años después y el tercero lo hizo en 1972.

Un estudiante llamado Norio Suzuki se propuso a buscar a Hiroo Onoda en 1974. Después de encontrarlo, no lo convenció de volver a casa, no hasta que recibió órdenes de sus superiores. Suzuki pudo rastrear al mayor Taniguchi y traerle de vuelta a Lobang. Solo así lograron que depusiera armas.

El presidente filipino le otorgó un perdón presidencial, al considerar que sus crímenes fueron cometidos creyendo que aún estaba en guerra. Hiroo Onoda volvió a Japón y fue recibido como héroe. La perseverancia en el cumplimiento del deber era un valor que se estaba perdiendo, según palabras del presidente. Onoda, además, se encontró con un Japón que parecía otro: rascacielos, autos, televisores, ciudades abarrotadas y una sociedad materialista y superficial.

Después de vivir un tiempo en Brasil y casarse, Hiroo Onoda volvió a Japón y creó una escuela de supervivencia para jóvenes, transmitiendo sus valores. Acabó escribiendo una biografía sobre su experiencia titulada Sin rendición: mi guerra de 30 años. En 2021, Netflix estrenó una película llamada Onoda, 10.000 noches en la jungla. Onoda falleció el 17 de enero del 2014, a los 91 años de edad.



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