Cuando Lucas Bustamante fue mordido por una serpiente, pensó que se trataba de una de las víboras de pestañas comunes, sin embargo, se dio cuenta que era ligeramente diferente que las que conocía. Esto propició que un equipo de expertos, que incluía al propio Bustamante, iniciara un estudio que se prolongó hasta diez años, donde se descubrieron 5 especies nuevas de esta familia de serpientes en Colombia y Ecuador.
Nuevas víboras de pestañas
Imaginamos que no fue una gran experiencia para Bustamante, pero si fue una gran noticia para la ciencia. El equipo también descubrió que las “pestañas” de las víboras parecían variar de longitud y estilo entre diferentes poblaciones, lo que sugiere que lo que se creía era la Bothriechis schlegelii, en realidad era más de una especie.
A partir de ese momento, los investigadores estuvieron diez años examinando especímenes de museos, registros de localidades y datos de ADN relacionados con estas serpientes individuales encontradas en los bosques nubosos y en las selvas de Colombia y Ecuador.
Su análisis reveló lo que probablemente sea un complejo de cinco especies de víboras de pestañas. Se cree que la especie Shah (B. rasikusumorum), Klebba (B. klebbai) y Khwarg (B. khwargi) son endémicas de la Cordillera oriental de Colombia, y se encuentran entre bosques nubosos y plantaciones de café. La víbora Rahim (Bothriechis rahimi) está en la frontera entre Colombia y Ecuador, en la selva del Chocó, mientras que la de ussain (B. hussaini) se ubica en los bosques fronterizos con Ecuador y Perú.
Se considera que todas las especies son policromáticas, lo que quiere decir que tienen una gran variedad de colores que, según la teoría, les permite mezclarse en varios puntos de emboscada. Incluso dentro de la misma especie, es posible encontrar una forma turquesa, dorada e incluso “fantasma”. Alejandro Arteaga, director del estudio, declaró en un comunicado:
“No hay dos individuos que tengan la misma coloración, ni siquiera los que pertenecen a la misma camada (sí, dan a luz crías vivas)”.
Un veneno en peligro de extinción
Además de hermosas, las víboras también son venenosas, aunque afortunadamente para Bustamante, no tanto como sus parientes.
“El veneno de algunas de las nuevas especies de víboras es considerablemente menos letal y hemorrágico que el de la típica víbora de pestañas centroamericana.
Experimenté dolor local intermitente, mareos e hinchazón, pero me recuperé poco después de recibir tres dosis de antídoto en menos de dos horas después de la picadura, sin dejar ninguna cicatriz». Declaró Bustamante, quien fue mordido en 2013.
Aunque la variedad de colores y un mordisco en el dedo de un investigador pueden ser partes interesantes de la historia, el mensaje clave de los investigadores es que es necesario proteger a las nuevas especies; cuatro de cada cinco se consideran en alto riesgo de extinción.
“La necesidad de proteger a las víboras de pestañas es crítica, ya que a diferencia de otras serpientes, no pueden sobrevivir sin una cubierta adecuada de dosel. Su belleza, aunque digna de celebración, también debe protegerse y monitorearse cuidadosamente, ya que los cazadores furtivos son conocidos por atacar a las carismáticas víboras arbóreas para el comercio ilegal de animales salvajes exóticos como mascotas».
Los expertos esperan que las próximas investigaciones, particularmente sobre el veneno de la nueva especie, ayuden a crear conciencia sobre la situación y fomentar la conservación de este colorido y único grupo de reptiles. El estudio se publicó en la revista Evolutionary Systematics.
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