Desde la realización de la Primaria, el 22 de octubre del año pasado, la oposición no realizaba un movimiento que desconcertara al régimen y lo colocara a la defensiva. La designación de la doctora Corina Yoris, integrante de la exitosa Comisión Nacional de
Primaria, como sustituta de María Corina Machado en la candidatura presidencial, ha desquiciado al Gobierno. Este esperaba que el sustituto perteneciera al mundo político tradicional. Se equivocó.
A partir de la Primaria, Nicolás Maduro tomó iniciativas que atemorizaban, acorralaban y confundían a los opositores. Aunque al final resultó un fiasco total, decidió convocar el absurdo referendo sobre El Esequibo. La consulta fue un fracaso, pero en pocos días
desplazó la atención pública de la Primaria a un segundo plano. El país comenzó a hablar acerca del tema propuesto por el Gobierno. Maduro mantuvo la inhabilitación de María Corina. Se valió de la Contraloría, primero, y luego del Tribunal Supremo de Justicia, para
lograr el objetivo. Al mismo tiempo, fue descalificando partidos políticos, apresando dirigentes sindicales y acorralando a los medios de comunicación privados que todavía mantienen su independencia. También, alentó la proclamación de candidatos fantoches con el fin de mantener la imagen frente a la comunidad internacional de que en Venezuela habrá el 28 de julio elecciones competitivas e incluyentes. Parecía que el régimen no pagaría el costo de estar confeccionando una elección presidencial concebida para satisfacer
el apetito insaciable de poder del actual mandatario.
Pero los planes no salieron como Maduro esperaba. María Corina y la Plataforma Unitaria Democrática decidieron proponer como candidata a Corina Yoris, una venezolana ejemplar, que nunca ha ejercido ningún cargo público, con una vida impecable y un historial académico brillante. Ese movimiento audaz, ese giro intempestivo de 180 grados, no lo esperaba el régimen. Ahora, los asesores cubanos, rusos e iraníes deben estar devanándose los sesos para ver cómo le construyen un expediente amañado a la doctora Yoris. Sin embargo, aunque cuentan con el poeta con vocación de esbirro que se encuentra en la Fiscalía, no les resultará fácil perpetrar la trastada. Frente a la comunidad internacional, a la que quieren invitar a la jornada del 28J, no les será sencillo descalificar a una mujer intachable que, con María Corina a su lado, puede convertirse en una fuerza incontenible de cambio democrático.
¡Con las Corinas hasta el final!
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