Otra vez fue una avalancha la que provocó la tragedia. Grupos de barras bravas que pretenden ingresar al estadio Monumental en turba provocaron la acción policial que derivó en dos fallecidos en la antesala del pleito de Colo Colo y Fortaleza por la fase de grupos de la Copa Libertadores. Un carro lanza gases habría embestido a las víctimas causándoles la muerte.
Los incidentes ocurridos fuera del estadio Monumental significaron enfrentamientos entre la hinchada y las fuerzas policiales. Hubo agresiones, invasión al recinto médico donde fueron trasladadas las víctimas y un repliegue posterior de los Carabineros que motivó que el partido se jugara bajo mínimas medidas de seguridad. Al clamor de los gritos de los barristas y cuando se jugaba el minuto 70, se produjo la invasión a la cancha que motivó al árbitro a suspender el partido.
Eso fue apenas el inicio del problema. Los carabineros iniciaron una investigación sumaria para determinar la responsabilidad de sus efectivos en la muerte de los dos jóvenes hinchas. Las autoridades políticas determinaron la cancelación del espectáculo, pese a la intención de la Conmebol y de Colo Colo de seguir jugando y, en horas de la noche, el nuevo ministro de Seguridad del Gobierno, Luis Cordero, anunció la ampliación de las investigaciones al ámbito penal y aceptó la renuncia de la responsable del organismo encargado de la prevención de la violencia, Estadio Seguro, tras el fracaso de todos los mecanismos dispuestos. Enfatizó que los barristas violentos serán tratados como “organizaciones criminales” en el ámbito judicial.
No es el primer caso de esta naturaleza vivido en el Estadio Monumental. En enero del 2020, un hincha de Colo Colo, Jorge Mora, murió atropellado por un camión de Carabineros tras un partido frente a Palestino. Y hace pocos días, un grupo de hinchas violentos invadió la cancha del estadio Tierra de Campeones de Iquique tras el fracaso del equipo local en clasificar a la fase de grupos de la Copa Libertadores.
El hastío del Gobierno con la Asociación Nacional de Fútbol quedó de manifiesto en las palabras del propio ministro Cordero, quien acusó “oportunismo” en la reacción de la directiva de Pablo Milad, que otra vez deslindó responsabilidades organizativas acusando que el debate sobre las leyes pendientes en el Congreso se ha postergado.
El cuadro de Colo Colo está a días de festejar el centenario de su fundación con eventos masivos, como un festival, una cena y un partido, que quedarán sujetos a la autorización de la autoridad. Aquejado de severas pugnas entre sus propietarios, la tragedia vivida seguramente será el último acto del presidente Aníbal Mosa, acosado por los opositores.
Como cruel paradoja Colo Colo deberá jugar el domingo el super clásico del fútbol chileno ante la Universidad de Chile con severas restricciones de seguridad. Parte de la barra de los azules fue a La Plata a organizar una avalancha, que fue contenida por las fuerzas policiales argentinas, lo que ratifica que la ola de violencia no queda limitada en un solo club.
Se esperan sanciones deportivas y administrativas de la Conmebol para Colo Colo, que vivirá una fiesta aguada y triste. Dos muertes que pueden significar un cambio en la acción hacia las barras o, como ha pasado tantas veces, un coro de voces culpando al resto de un mal que devoró, hace rato, el alma del fútbol chileno.
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