Quimeras creadas en laboratorio: cerdos con células cerebrales y chips biológicos

La tecnología y la ciencia han avanzado tanto que estamos rozando zonas que, en el pasado, solo podían existir en el imaginario y la ficción. Ahora, se ha conseguido crear verdaderas “quimeras” al combinar cerdos con células cerebrales humanas.

Quimeras reales creadas en laboratorio

Quimeras creadas en laboratorio: cerdos con células cerebrales y chips biológicos

El pasado septiembre, científicos de los Institutos de Biomedicina y Salud de Guangzhou anunciaron que lograron crear “riñones humanos” dentro de embriones de cerdo. Básicamente, alteraron genéticamente los embriones para que no pudieran desarrollar un riñón, luego les inyectaron células madre humana. Finalmente, los embriones fueron implantados en una cerda, donde se desarrollaron.

Los embriones estaban compuestos principalmente de células de cerdo, aunque se encontraron células humanas dispersas en todo el cuerpo, incluyendo el cerebro. Los riñones embrionarios, por otro lado, eran en gran parte humanos.

Este avance sugiere que pronto será posible generar órganos humanos dentro de animales, quimeras parcialmente humanas. Dichos animales podrían usarse para investigaciones médicas o para cultivar órganos para trasplantes, lo que podría salvar muchas vidas.

Sin embargo, hay un inconveniente: la ética. Es probable que queramos hacer prácticas con estas criaturas que nunca haríamos con un humano, como matarlas para obtener algún órgano. El problema es que estos cerdos no son solo cerdos, también son en parte humanos.

Si una quimera humano-cerdo llegara a término, ¿se debería tratar como cerdo, humano o como un ser diferente? Es posible que, en principio, esta pregunta sea fácil, ¿pero qué pasa cuando se crean quimeras con otros animales más humanizados, como monos?

Un desafío entre muchos

Quimeras creadas en laboratorio: cerdos con células cerebrales y chips biológicos

Las quimeras son solo uno de los desafíos. Otras áreas de la ciencia de las células madre plantean cuestiones igual de complicadas. En junio, los científicos crearon “embriones sintéticos”, modelos embrionarios cultivados en laboratorio que se parecen mucho a embriones humanos comunes. A pesar de su parecido, quedaron fuera del alcance de las definiciones legales de embrión humano en Reino Unido, donde se hizo el estudio.

Asimismo, los embriones sintéticos de las quimeras humano-cerdo abarcan dos categorías diferentes: en este caso, modelo de células madre y embrión humano. Así que no es tan simple como tratarlas.

En la última década, también se han desarrollado organoides cerebrales humanos cada vez más sofisticados, o “minicerebros cultivados en laboratorio”.

A diferencia de los embriones sintéticos, los organoides cerebrales no imitan el desarrollo de una persona completa, pero imitan el desarrollo de la parte que almacena nuestros recuerdos, pensamientos y posiblemente la consciencia. La mayoría de los científicos piensan que los “minicerebros” actuales no son conscientes, pero el campo se está desarrollando rápidamente, así que no es descabellado pensar que algún día “despertarán”.

Para complicar aún más el panorama, existen entidades que combinan neuronas humanas con tecnología, como DishBrain, un chip informático biológico fabricado por Cortical Labs.

Un nuevo marco moral

Quimeras creadas en laboratorio: cerdos con células cerebrales y chips biológicos

Podría ser tentador pensar que deberíamos resolver los problemas clasificando a estas entidades en una u otra categoría, pero es un error. La confusión provocada por las quimeras, los modelos de embriones y los minicerebros muestra que estas categorías subyacentes ya no tienen sentido.

Se están creando entidades que no son ni una cosa ni la otra, no se puede resolver el problema pensando de otra manera. También es necesario tener buenas razones para clasificar una entidad de una forma u otra.

Los filósofos dirían que se trata de cuestiones morales, y han pasado décadas deliberando sobre con qué tipo de criaturas tenemos deberes morales y qué tan fuertes son. Su trabajo puede ayudarnos aquí. Por ejemplo, los utilitaristas ven el estatus moral como una cuestión de si una criatura tiene “interés” y qué tan fuertes son esos intereses. Desde otro punto de vista, mientras carezca de conciencia, carecerá de estatus moral. Pero si desarrolla intereses, debe tenerse en cuenta.

De forma parecida, si una quimera desarrolla nuevas capacidades cognitivas, debemos reconsiderar nuestro tratamiento. Si llega a preocuparse por la vida como lo hace un humano, deberíamos dudar de matarla, como lo hacemos con un humano.

Como pueden ver, la discusión es profunda, donde se mezcla la ciencia pura con la moralidad. Lo cierto es que estas quimeras ya existen y quién sabe cuánto más podrían desarrollarse.



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