Joe Biden asegura que consideraría abandonar la carrera por la presidencia de Estados Unidos por un problema de salud. “[Lo haría] si un médico me dijera que tengo este u otro problema…”, ha dicho el presidente estadounidense en una entrevista que será transmitida la noche de este miércoles en horario local. El demócrata ha insistido en que ningún doctor le ha dicho que tenga alguna afección que le limite a la hora de ejercer el cargo.
En la charla con Ed Gordon, de Black Entertainment Television (BET), Biden insiste en que cometió “un serio error” en el debate con Donald Trump del 27 de junio, según algunos extractos de la entrevista que ya han sido difundidos por la cadena. Su desastrosa actuación aquel día ha hecho que su equipo de campaña trate de elevar el perfil del mandatario, quien ha aumentado el número de entrevistas, e incluso dio su primera rueda de prensa larga en más de 18 meses, con la intención de demostrar su capacidad de seguir en la presidencia. En una reciente entrevista con la cadena ABC, Biden dijo que solo renunciará a volver a luchar por la presidencia si Dios se lo pide.
El presidente, de 81 años, admite durante la entrevista que se transmitirá este miércoles, que entró a la batalla presidencial en 2020 como un “candidato de transición” del Partido Demócrata, pero que el contexto del país ha cambiado. “Pensé que podría seguir adelante y dejárselo [el cargo] a otra persona, pero no anticipé que la situación del país se dividiera tanto. Francamente, creo que lo único que trae la edad es un poco más de sabiduría y he demostrado que sé cómo se hacen las cosas”, asegura Biden en uno de los fragmentos de la entrevista que se han difundido anticipadamente esta mañana.
El presidente estadounidense asegura que se encuentra en buena forma física. La afirmación está avalada por su médico de cabecera, el doctor Kevin O’Connor, quien aseguró en febrero pasado que el político octogenario es un hombre “saludable, activo y robusto, que mantiene una buena forma para llevar a cabo sus responsabilidades en la presidencia”.
Los demócratas mantienen su plan para nominar a Biden en un inusual proceso telemático previsto para el 7 de agosto. Esto se adelanta a la fecha de la convención, convocada para el 19 de agosto en Chicago. En un principio, la nominación telemática respondía a un envite del Legislativo de Ohio, controlado por los republicanos, que fijó el plazo para registrar candidatos en las papeletas para inicios del próximo mes. Pero este sistema de elección ha cobrado otro sentido tras la pobre actuación de Biden en el debate de Atlanta. Una veintena de congresistas de su partido ha pedido que abandone la carrera a la Casa Blanca y el equipo de campaña del presidente confía en que su nominación acalle las críticas y permita cerrar filas en el partido.
Adam Schiff, un influyente congresista que aspira a un escaño en el Senado en noviembre, se ha convertido este miércoles en el último de los altos cargos demócratas que reclama a Biden que tire la toalla. En un comunicado, Schiff asegura que es momento de “pasar la antorcha” y así garantizar un legado positivo. “Una segunda presidencia de Trump podría socavar los cimientos de nuestra democracia y estoy seriamente preocupado de que el presidente pueda ganarle a Trump en [las elecciones del 5 de] noviembre”, admite Schiff, un veterano legislador de California.
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Biden cortejará este miércoles al voto latino con un discurso ante la organización hispana UnidosUS en el Estado clave de Nevada, en el que tiene previsto anunciar medidas específicas para mejorar las oportunidades educativas y económicas de esta minoría.
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