Como negativa y poco oportuna consideran gremios agrícolas la decisión del Gobierno de eliminar las exoneraciones de impuestos, beneficio fiscal con las cuales venían siendo favorecidos desde el año 2020 cuando se sustituyó el pago del ISLR al productor rural por la reinversión de aquel en el ejercicio siguiente.
En efecto, la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro) y la Federación Nacional de Ganaderos de Venezuela (Fedenaga), elevaron a la consideración de la Comisión de Economía y Finanzas de la AN, que preside el diputado Jesús Farías, la misiva conteniendo sus observaciones con el petitorio de revertir la decisión, suscrita por Celso Fantinel y Armando Chacín, presidentes respectivamente de los dos gremios.
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Advierten que el sector primario Venezolano, ha solicitado este beneficio de exoneración de ISLR continuamente desde 2000 y hasta 2023 inclusive, siguiendo las formalidades respectivas, cumpliendo con los deberes formales y manteniendo sus expedientes organizados a la orden para su validación de ser necesario. Son miles los productores que han podido aumentar la producción o crecer en su área, consiguiendo mejores cosechas, mejorando la economía de sus trabajadores y protegiendo con más eficiencia el ambiente.
Recuerdan que las condiciones para que el productor se mantenga exonerado, han sido complejas pero se han cumplido, y nadie puede negar la voluntad mostrada para tal fin. Se ha actualizado cada decreto con su mecanismo de solicitud, se ha declarado planes de inversión cada año, se ha realizado las inversiones, se han formalizado las reinversiones, y cada día son más los productores que aún exonerados, declaran al Seniat, mostrando su empeño por sostenerse dentro de la norma, y aunque no debemos negar que resta mucho por hacer en ese sentido, podemos afirmar que un contribuyente exonerado también es un contribuyente que ha crecido en organización y vocación de registros.
Consistencia de la Exoneración respecto a la situación sectorial
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Estiman que la exoneración de ISLR sobre el sector primario de alimentos ha sido oportuna y asertiva, ha logrado que la gran mayoría de los productores permanezcan en su oficio con más facilidad que en otros sectores de la economía; la posibilidad de sustituir el pago fiscal de ISLR por inversiones en sus empresas ha sido un apoyo ante los episodios críticos de inestabilidad energética, escasez y pérdida del poder adquisitivo. En palabras más precisas ha sido este beneficio parte importante de la lucha por permanecer en el país y producir en el país.
Las necesidades de reinversión del agricultor y del ganadero son muchos mayores que el ISLR exonerado, pero esta posibilidad de sustituir el impuesto por inversiones ha sido de significativa ayuda en el camino de las reinversiones necesarias para lograr competitividad y presencia en los mercados de alimentos.
La exoneración del ISLR cumple ya 23 años ininterrumpidos, y también es verdad que el país agrícola no ha conseguido la fórmula de crecimiento y bienestar que necesitan los consumidores venezolanos para darnos el lujo de prescindir de él, aunque los motivos sean ajenos a nuestra área.
Problemas del sector rural productivo aún vigentes en la escena agrícola en los cuales la exoneración sirve de apoyo:
- Ausencia de crédito: La banca venezolana aún no cuenta con la capacidad para suplir las demandas básicas de la economía y ha desaparecido casi totalmente el crédito bancario de mediano y largo plazo, (algo más del 1% del PIB nacional) también ha hecho poco accesible el crédito de corto plazo.
- Presión fiscal de otros tributos: el productor tiene que sortear una carga tributaria de 10 impuestos indirectos que debe atender, los cuales debe honrar tenga o no tenga ganancias, a saber: IVSS, BANAVIH, INCES, LOCTI, LODAFEF, FONA, IGP, IGTF, IVA y algunos municipales.
- Dificultad en la disponibilidad de Combustibles: Nada es más dañino para los agricultores y ganaderos que la incertidumbre sobre la disponibilidad de combustible. Además de los aumentos de precios y su transporte
- Es de resaltar el esfuerzo realizado por los empresarios rurales para reactivar la capacidad adquisitiva del trabajador del campo Venezolano. La mano de obra pasó de $30 dólares al mes, hasta $160 al mes, en menos de 4 años, mientras los precios de la leche y la carne se duplicaron.
- Víveres y comedores: El productor primario es el único empresario que garantiza tres comidas a sus trabajadores adicionalmente a su remuneración. Esto incrementa el costo de sus contrataciones de una forma considerablemente mayor a sus pares industriales y comerciantes.
Recomendaciones a los sujetos activos del tributo
Hemos visto con profunda preocupación que este beneficio fiscal podría desaparecer totalmente a partir del 2024.
Consideramos poco oportuno tomando en cuenta el contexto país, y lo que el sector contribuyó estas 2 décadas, incluyendo los recientes años de pandemia, eliminar al productor agrícola uno de sus principales beneficios fiscales, cambiando de facto sus planes de reinversión sin aviso previo, lo cual puede cambiarle la cara a los planes futuros de cada fundo y a la seguridad alimentaria en general.
Debemos recordar lo sensible y estratégico que es nuestro sector y su significado para la estabilidad del país.
Invitamos a las instituciones del estado Venezolano a tomar muy en cuenta estas consideraciones e invitamos a revisar y realizar profundos análisis estadísticos agrarios y financieros acometidos por las instituciones especializadas respectivas. Imaginamos que esta es la forma, además de incluir a expertos del agro en dichas discusiones.
Indistintamente de que estas instituciones así lo concluyan, no debe desmontarse, bajo ninguna circunstancia, en forma total inmediata, advierten tanto Fedeagro como Fedenaga.
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